El puesto de trabajo flexible como impulso a la tecnología para entornos más digitalizados y colaborativos

  • Opinión

Silvia Ustarroz

El puesto de trabajo se ha diversificado en la actualidad contando con los modelos híbrido, al que se acogerán el 85% de empresas españolas este año, según IDG; totalmente en remoto, requisito indispensable para nómadas digitales y otros muchos profesionales que buscan esa flexibilidad en nuevas oportunidades laborales; o 100% presencial en oficinas.

Desde 2020 se impuso definitivamente una nueva forma de trabajar, aunque esto hizo darse cuenta de que no todas las profesiones podían desempeñarse fuera de su espacio habitual. Por un lado, había puestos que se podían desarrollar desde casa sin problemas, puesto que los profesionales podían contar con todo lo necesario; mientras que en otros casos podrían haberlo hecho así de no ser por limitaciones de acceso a documentación en papel que estaba en sus empresas u organismos, donde la digitalización de la información había llegado a medias; y, lamentablemente, aquello que no se encuentra digitalizado o accesible no existe.

Ante estos cambios que han llegado para quedarse, las organizaciones necesitan adaptarse enriqueciendo el acceso a información, la comunicación y la colaboración entre su plantilla. En todos los escenarios se ha visto potencial para innovar con productos que mejoran procesos no solamente a nivel de negocio, sino que también hacen que aumente la productividad organizativa y mejore la interacción de los profesionales. Aunque haya competencia en este mercado en desarrollo, la tendencia en estos nuevos puestos es que haya hueco para cada vez más dispositivos que satisfagan la gran demanda de soluciones que ha traído el trabajo flexible, de las cuales puede que no se conozcan su existencia ni funcionalidades hasta que no se ve su valor en el entorno de trabajo y la vida de las personas.

Desde un mismo proveedor de confianza, el canal puede distribuir productos unificados en un mismo portfolio que ayudan a maximizar la experiencia en el trabajo, minimizando molestias a los usuarios, en puestos de trabajo más individuales, como escáneres documentales para completar esa necesaria digitalización y monitores portátiles, fáciles de configurar y utilizar para consumir, crear o revisar contenidos en alta calidad de imagen; o bien en puestos de trabajo colaborativos mediante proyectores láser o equipos multimedia para videoconferencias 360, entre otros dispositivos disponibles. En cada circunstancia, serán los diferentes sectores y entornos los que determinen cuáles soluciones tecnológicas serán óptimas, aunque acercar las herramientas adecuadas será clave en todo caso para abrir nuevas posibilidades hacia el trabajo híbrido en aquellas profesiones todavía más atadas al trabajo en oficina.   

Ahí el reto está en que si se requiere de determinada información para consultarla, fundamentar ideas, sacar conclusiones y tomar mejores decisiones, se necesita tenerla digitalizada y saber dónde está almacenada de forma segura. Invertir en tecnología para ello es ganar en eficiencia, pero hay que tener muy claro que no todo vale. Avances notorios en la manera de trabajar como los que traen la inteligencia artificial, la analítica avanzada o la automatización podrán desarrollar sus capacidades de manera correcta únicamente si los datos de origen que disponen son de buena calidad. Y lo cierto es que no todo parte de digital por ahora, sino que queda en las organizaciones mucho archivo por digitalizar adecuadamente.

Por Silvia Ustárroz, partner manager y responsable de Dispositivos Ricoh Smart Meeting para Iberia de PFU (EMEA) Limited - A RICOH company