Seis paradigmas de transformación de la industria automovilística

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Se trata del coche definido por software, los sensores y el Big Data, el coche conectado, la movilidad y el IoT cooperativos, la electrificación, y los vehículos compartidos y sin conductor.

El sector automovilístico se encuentra en pleno proceso de transformación tecnológica que le conducirá hacia un futuro en el que lo fundamental será la movilidad inteligente y sostenible. De hecho, ABI Research estima que esta industria atravesará seis etapas en esa evolución. En concreto, las tres primeras ya han arrancado, y son: el coche definido por software, los sensores y el Big Data, y el vehículo conectado. Las otras tres todavía están por llegar, pero impulsarán el sector dentro de los próximos diez años. Son la movilidad y el Internet de las Cosas cooperativos, la electrificación, y los vehículos compartidos y sin conductor.

Según ABI Research, actualmente los fabricantes de automóviles están renovando la electrónica de vehículos y su arquitectura de red para asegurar que cada subsistema está conectado y definido por software. En cambio, en la próxima década, la industria se dirigirá hacia la movilidad cooperativa. Los coches no sólo se comunicarán entre sí, sino también con las infraestructuras y los entornos. Asimismo, la electrificación cambiará la forma en que los consumidores alimentan sus vehículos; mientras que los coches compartidos y sin conductor probablemente llevarán a la consolidación del mercado. A juicio de Dominique Bonte, director general y vicepresidente de ABI Research, estas tres etapas “serán las más disruptivas de la industria automovilística”. Tanto es así que, según el directivo, “no todos los fabricantes de automóviles van a sobrevivir a este paisaje cambiante. Y también surgirán recién llegados, con ganas de crear nuevos vehículos de alta tecnología definidos por software”.

Finalmente, esta evolución de la industria ofrecerá a los fabricantes y proveedores una serie de oportunidades para reinventarse, según la consultora. Por un lado, las estaciones de gasolina tendrán que replantearse su estrategia de mercado y ofrecer nuevos servicios, tales como estaciones de carga eléctrica, o arriesgarse a perder su importancia por completo. Por otro, las empresas de taxis ya están sintiendo la presión creciente, con la fuerte competencia de Uber y otros servicios similares. Asimismo, los concesionarios y vendedores de seguros también se enfrentarán a este nuevo panorama. Y por último, las empresas de semiconductores y software tendrán un gran futuro, en la medida en que los vehículos sigan incorporando más sensores y tecnologías de computación en sus arquitecturas.

 

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