¿Cómo combatir el estrés para que no se convierta en crónico?

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El estrés es tan común en nuestros días que mucha gente lo encuentra como algo natural asociado al mundo laboral. Si se sostiene en el tiempo, se convierte en crónico. No está de más saber qué dolencias se le asocian y conocer los métodos para hacer que esa situación de tensión revierta.

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El 50% de los trabajadores sufren algún nivel de estrés, que parece una afección de alta prevalencia en nuestros días. Siempre puede haber episodios pasajeros asociados a un trabajo concreto con un mayor nivel de exigencia o en las que surgen proyectos que absorben toda la energía, pero el problema llega cuando esta situación de tensión se sostiene en el tiempo y termina por ser crónica.

Según la última ‘Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo’, publicada por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social y que data de 2015, algunos de los problemas de salud derivados del estrés están relacionados con dolencias localizadas en cuello-hombro-brazo-mano o en la espalda (45% y 46%, respectivamente). Además, el cansancio general (45%), la cefalea o la fatiga visual (36%) y la ansiedad (17%) han visto incrementado su impacto.

El primer paso para evitar estos síntomas, así como la angustia y la inestabilidad que genera el estrés en el empleado, es reconocer el problema, su origen y sus causas. Después, hay que ponerle remedio introduciendo pequeños cambios en los hábitos de trabajo.

Éstas son las recomendaciones de los expertos en orientación laboral de InfoJobs para combatir el estrés:

- Confeccionar un buen plan de trabajo: en un mundo donde es imprescindible que el trabajador sea más polivalente y versátil, es necesario que éste confeccione un buen sistema de organización y planificación. Y en este sentido, tener un espacio de trabajo agradable también puede ayudar a que uno se sienta mejor.

- Aprender a pedir ayuda o a delegar tareas: muchos empleados se exigen lo imposible, olvidándose de que nadie es imprescindible ni perfecto. Es importante saber delegar tareas y pedir ayuda a los compañeros cuando sea necesario. Además de reducir las cargas de trabajo también ayudará a que haya más confianza entre compañeros de trabajo.

- Tómarse un descanso: la concentración es un factor clave para ser más productivos y eficientes. En jornadas largas de trabajo, es necesario tomarse algunos descansos para relajar el cuerpo y la mente. Los breves ejercicios de meditación o los estiramientos son dinámicas que se pueden realizar en el propio lugar de trabajo y ayudan a recuperar la concentración y combatir así el estrés.

- Pedir ayuda a un experto: cuando el estrés perdura, es importante pedir ayuda profesional a un experto que sepa acompañar y orientar al empleado para acabar con el estrés. En este sentido hay coaches profesionales que pueden ser de gran ayuda.