La CNMV, interesada en las posibles aplicaciones de blockchain
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La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) también está interesada en profundizar en el potencial de la tecnología blockchain. Acaba de firmar un acuerdo de cooperación con el consorcio Alastria para estudiar posibles aplicaciones de la tecnología.
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La CNMV y Alastria, el consorcio español creado en octubre del año pasado, han firmado un acuerdo para cooperar en el estudio de las posibles aplicaciones de la tecnología blockchain y de registro distribuido (DLT por sus siglas en inglés) en procesos relacionados con los mercados de valores.
En el marco de este acuerdo se analizará la posibilidad de aplicar esta tecnología los procesos de la CNMV, incluidos aquéllos en los que se produce una conexión con el sector privado, con la finalidad de mejorar la eficiencia y conectividad de la institución. Los firmantes del acuerdo intercambiarán información y experiencias para procurar un mayor conocimiento de esta tecnología y del proceso de elaboración de estándares europeos e internacionales.
Alastria es una iniciativa multisectorial creada en octubre de 2017 y de la que forman parte más de 255 instituciones y empresas en España, incluidas compañías del sector financiero. Esta red tiene como objetivo proveer a España de la infraestructura de base blockchain que permita tanto desarrollar productos y servicios como realizar transacciones con validez legal y ajustadas a la regulación nacional y europea.
La firma de este acuerdo se enmarca en la estrategia de la CNMV de fomentar el desarrollo tecnológico y hacer de la institución una organización abierta a la innovación, asegurando siempre un adecuado nivel de protección al inversor.
El interés por esta tecnología es indudable, y Gartner considera que es fundamental que las empresas entiendan lo que es esta tecnología, qué es capaz de hacer y los cambios que implica para las nuevas estructuras. No obstante, de momento, según el CIO Survey de 2018 de la firma, solo el 1% de los CIO han invertido en blockchain o han adoptado la tecnología para algún proyecto en sus organizaciones, y solo un 8% tienen planes de hacerlo o, al menos, experimentar con ella.
