La conectividad, fundamental para el éxito de las ciudades inteligentes

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Con la mitad de la población mundial concentrada en las grandes ciudades, su gestión es clave, y no se podrá conseguir sin una conectividad robusta e inteligente que, para proveedores como Fontech, pasa por redes Wi-Fi de calidad.

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Según IDC, las inversiones en tecnología para impulsar las smart cities a nivel global alcanzarán los 80.000 millones de dólares en 2018, por lo que se espera que este sea un año clave para su desarrollo. Hoy ya concentran a más de la mitad de la población mundial, según un informe reciente de McKinsey, que estima que en 2050 acogerán otros 2.500 millones de habitantes. Esta distribución de la población, en opinión de Fontech, dificulta cada vez más la gestión de estos gigantes núcleos urbanos y plantea problemas de movilidad, sostenibilidad e incluso de seguridad para sus habitantes.

Para la división tecnológica de Fon la conectividad será clave para el éxito de las ciudades inteligentes ya que considera que sus beneficios “solo se conseguirán si hay conectividad continua para que los dispositivos puedan comunicarse entre ellos y que los ayuntamientos tengan visibilidad sobre el rendimiento de todos los sistemas de forma ininterrumpida”.

En la visión de esta empresa, la tecnología Wi-Fi se presenta como un habilitador natural debido a la gran adopción de sus estándares, que permite que un amplio rango de dispositivos sean capaces de conectarse y comunicarse entre ellos, y a sus costes de despliegue relativamente bajos. “Wi-Fi dispone de muchas ventajas frente a otras tecnologías porque ha evolucionado para adaptarse a muchas aplicaciones diferentes. Por ejemplo, se han desarrollado estándares (802.11ah) que operan por debajo de 1GHz que tienen un mayor alcance y resultan muy adecuadas para aplicaciones como sensores”, dice.

No obstante, en un futuro serán necesarias redes robustas, capaces de ofrecer una calidad de conexión adaptada a cada una de las aplicaciones por lo que, a juicio del consejero delegado de Fon, esta tecnología evolucionará hacia un rol mucho más estratégico en los próximos años. “A partir de ahora ya no será suficiente ofrecer conectividad a los dispositivos de forma aislada, sino que la prioridad será gestionar las redes WiFi de forma inteligente y, así como controlar la eficiencia de servicio”, explica Alex Puregger.

Y para poder realizar esta progresión, la firma cree que los operadores deberían aprovechar las redes de Wi-Fi comunitarias porque presentan muchas ventajas para aplicaciones de smart cities, entre ellas su eficiencia en inversión y en costes operativos al no requerir el despliegue de infraestructura WiFi adicional sino que aprovechan los CPE residenciales que los operadores ya tienen en casas de sus suscriptores para crear la red, convirtiéndolos en puntos de acceso públicos.

Además, ofrecen una cobertura muy importante a un coste muy bajo. Esto es muy relevante para que los dispositivos involucrados en aplicaciones de smart cities puedan conectarse en lugares a los que la cobertura de otras redes como la red celular no llega. Otra ventaja que vale la pena destacar es que las redes de WiFi comunitarias recogen mucha información que puede emplearse para monitorizar y optimizar servicios asociados a smart cities como patrones de movilidad y localización de dispositivos,concentración de personas, etc.

“Los operadores deberían invertir en soluciones que facilitan el despliegue rápido y sencillo de las redes WiFi para poder entrar en el mercado de las smart cities antes de que sea demasiado tarde”, señala la compañía.