Invasión de Ucrania: Estados Unidos, Japón y Taiwán limitan el comercio de semiconductores con Rusia
- Actualidad
La industria de semiconductores se prepara para las dificultades que generará la guerra de Ucrania en la cadena de suministro de chips, principalmente por la menor disponibilidad y el aumento de precio del gas neón, ya que Ucrania es uno de los principales productores.
Recomendados: Lee IT Reseller 75 (Febrero 2022) para PC y Mac Leer Cómo las empresas B2B pueden diversificar sus canales de ventas digitales Leer Customer Experience: Territorio digital Leer |
Estos problemas no se han manifestado todavía, pero la industria también tendrá un papel en este conflicto, ya que tres países destacados del sector han anunciado que impondrán restricciones al comercio de semiconductores con Rusia. Se trata de Estados Unidos, Japón y Taiwán, cuyos líderes han mostrado su intención de limitar el acceso de Rusia a tecnologías que puedan utilizarse en el ámbito militar.
El presidente estadounidense, Joe Biden, ha anunciado “restricciones en toda Rusia para ahogar la importación de bienes tecnológicos de Rusia”. Entre ellas a “exportaciones de tecnología sensible, dirigidas principalmente a los sectores de defensa, aviación y marítimo de Rusia para cortar el acceso de Rusia a tecnología de punta”. Ha añadido que “esto incluye restricciones en toda Rusia sobre semiconductores, telecomunicaciones, seguridad de encriptación, láseres, sensores, navegación, aviónica y tecnologías marítimas. Estos controles severos y sostenidos cortarán el acceso de Rusia a tecnología de punta”.
Por su parte, el presidente de la Asociación de la Industria de Semiconductores, John Neuffer, ha dicho que “la industria de semiconductores de EEUU está totalmente comprometida con el cumplimiento de las nuevas reglas de control de exportaciones anunciadas hoy en respuesta a los eventos profundamente inquietantes que se desarrollan en Ucrania”. Aunque reconoce que el impacto de las restricciones de las ventas a Rusia todavía no está claro, el país no es un consumidor directo significativo de semiconductores, con solo un 0,1% de las compras totales de chips.
Según la Casa Blanca, otros países están preparando sus propias medidas, entre ellos la Unión Europea, Australia, Japón, Taiwán, Canadá, Nueva Zelanda y en Reino Unido. Por el momento, se han confirmado sanciones por parte de Japón a las exportaciones de semiconductores y contra las instituciones financieras. Según el primer ministro japonés, Fumio Kishida, sancionarán “las exportaciones a organizaciones relacionadas con el ejército ruso y las exportaciones a Rusia de bienes de uso general, como semiconductores y artículos en una lista restringida basada en acuerdos internacionales”.
Por parte de Taiwán también se están produciendo movimientos en la misma dirección, aunque todavía no han detallado qué harán. Aunque la situación de este país es complicada en términos geopolíticos, ya que China ha aumentado la presencia militar en sus cercanías, y ha anunciado claramente su intención de anexionar este territorio, que considera parte de su país.
Por su parte, China no se posiciona claramente del lado de ninguna de las partes en el conflicto Rusia-Ucrania, y no ha anunciado medidas restrictivas ni sanciones económicas. Por ello, los expertos creen que seguirá suministrando tecnologías de semiconductores al país, ya que actualmente Rusia importa el 70% de los chips a China. Aunque la mayoría corresponden a tecnologías no relacionadas con el ámbito de la defensa, no se descarta que amplíen la copra de componentes para ciertos usos militares.
Mientras tanto, los expertos creen que el conflicto iniciado por Rusia va a tener un profundo impacto en la industria de centros de datos del país, ya que se bloqueará el comercio de componentes clave como procesadores de Intel, AMD y Nvidia, y probablemente de otros componentes clave como dispositivos de almacenamiento, redes y telecomunicaciones. Esto está provocando una caída en bolsa de algunas compañías rusas destacadas en el sector, y se espera que esta devaluación continúe a medida que el conflicto adquiera mayores dimensiones.