“Todas las áreas de la compañía deben tener una vocación de internacionalización”, Alejandro Blanco, Seresco

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Alejandro Blanco Seresco

El pasado mes de diciembre, Seresco debutó en el BME Growth. Entrevistamos a Alejandro Blanco, director de organización y relaciones institucionales de Seresco, quien ha hecho balance de 2022 y explica los motivos que llevan a la compañía asturiana a mirar el futuro con optimismo. “Nuestro objetivo es llegar a una cifra de facturación de 68 millones de euros en 2025”. Para ello, la firma ha diseñado una hoja de ruta “muy ambiciosa”, en la que la internacionalización juega un papel clave.

El pasado mes de diciembre Seresco se estrenó en el BME Growth con una capitalización de 35,5 millones de euros. ¿Qué valoración hace de estos primeros meses?

Nuestros primeros meses en el BME Growth han transcurrido exactamente como esperábamos. La salida se produjo en un momento en el que la compañía consideró que, por madurez y por trayectoria, tenía que estar en el BME Growth y se produjo bajo un esquema que nos da estabilidad, con una serie de accionistas que conocen el sector y a Seresco.

¿Qué les llevó a salir al BME Growth?

Después de 53 años de historia en un sector tan dinámico como en el que nos movemos, la compañía tenía que plantearse una serie de retos de crecimiento, tanto orgánicos como inorgánicos, muy ambiciosos que tienen que ir acompañados de un reforzamiento de imagen de marca, de los fondos propios y de la estructura patrimonial de la compañía a través de nuevas formas de financiación.

Quizá a nivel macroeconómico, se podrían plantear escenarios más ventajosos para salir al mercado, pero, en nuestro caso, la salida estaba en nuestra hoja de ruta y cuando sumas todas esas variables no era el momento de dar un paso atrás, sino de cumplir los hitos que estaban establecidos.

En 2021 Seresco facturó 31 millones de euros y está previsto que en 2022 la compañía alcanzase una facturación de 33,6 millones de euros. ¿Cómo ha transcurrido el año pasado para Seresco?

Aunque todavía no podemos realizar anuncios de resultados, sí puedo decir que estamos muy contentos del año 2022, de lo que hemos conseguido, y muy optimistas de cara a 2023.

Nuestro objetivo es llegar a una cifra de facturación de 68 millones de euros en 2025, una meta muy ambiciosa, al igual que llevar el EBITDA ajustado desde los 3,1 millones actuales a los 10,5 millones. Creemos que esto solo se consigue dando los pasos que tenemos establecidos en la hoja de ruta. El incremento de esas líneas de financiación para reforzar nuestro crecimiento, tanto orgánico como inorgánico, nos va a permitir llegar a esas magnitudes.

Con un entorno macroeconómico incierto, ¿van a mantener los objetivos de crecimiento?

La compañía es firme a la hora de conseguir los objetivos marcados. Creemos que tenemos mucho margen de mejora, que lo hemos trazado dentro de ese plan estratégico.

Nuestra empresa se basa en tecnologías esenciales que ayudan a muchos sectores a dinamizarse, a ser más productivos. Entramos en un momento en el que se va a apostar mucho más por los procesos de digitalización para la mejora productiva e, incluso, para la consecución de objetivos de descarbonización.

Somos una empresa que ofrece esas tecnologías esenciales para todos esos sectores y no vemos que vaya a haber un paso atrás en ese crecimiento. Todos los vectores que nos hemos marcado como líneas de crecimiento, como son los servicios de externalización tecnológica o la ciberseguridad, mantienen sus previsiones, con incrementos de doble dígito en los próximos años, y eso es nuestro core de negocio.

El año pasado creasteis un nuevo departamento para impulsar el crecimiento inorgánico a través de las adquisiciones. ¿Tienen previsto anunciar compras a corto/medio plazo?, ¿cuáles son los sectores y las regiones en las que están más interesados?

Hay operaciones que ya han quedado muy bien orientadas en 2022 y que esperamos poder cerrarlas a corto plazo. La idea es crecer en territorios en los que, aunque ya estamos presentes, queremos reforzar aún más nuestra presencia, como puede ser el caso de Latinoamérica, concretamente Colombia y Perú, Portugal y, por supuesto, el mercado nacional.

Por tipología de empresa, el 43% del negocio del sector TIC lo generan PYMES, empresas de hasta 249 trabajadores. Nosotros nos estamos fijando en el rango intermedio, compañías que facturan entre 2,5 y 4 millones de euros, aunque no despreciamos ningún rango de compañía siempre y cuando nos permita reforzar ese posicionamiento territorial o refuercen competencias o negocios en los que ahora mismo queremos continuar creciendo.

Una pata importante de nuestro crecimiento se basa en la parte inorgánica. Tenemos una previsión de que este año se alcancen los 8,5 millones de euros provenientes del crecimiento inorgánico.

¿Qué papel juega la internacionalización en la estrategia de Seresco?

En el crecimiento orgánico, la parte internacional es un vector clave, al igual que la venta cruzada. Todas las áreas de la compañía deben tener una vocación de internacionalización.

Hasta ahora, había dos áreas principales en las que se centraba el negocio internacional: cartografía y catastro, que es la que fue la punta de lanza de Latinoamérica; y nómina y Recursos Humanos, que es la que abrió el negocio en Portugal. Todas las áreas tienen que ir desembarcando a nivel internacional en esos territorios y, aunque algo de las cifras de negocio de algunas ya proviene del exterior, no es suficiente en relación con nuestra visión de empresa internacionalizada en todas sus áreas de servicio.

El 15% de nuestro negocio corresponde a internacional. El objetivo es que esta cifra crezca significativamente hasta que represente entre el 20% y el 25%. Si es verdad que esperamos que la parte nacional siga creciendo a buen ritmo y tenemos que ver hasta dónde llegamos dentro de ese crecimiento internacional.  

Hablando de la parte nacional, su objetivo es continuar creciendo, también a través de adquisiciones. ¿Qué regiones son las que quieren desarrollar?

Somos una compañía que se fundó en Asturias, con lo que la sede está en Oviedo. Tenemos también presencia física en Galicia, Madrid y Barcelona y ya tenemos clientes en prácticamente todas las regiones. Nuestra idea es que crezcamos más en territorios como Madrid y Barcelona, en los que, después de muchos años, tenemos todavía mucho recorrido para crecer. También queremos incrementar nuestra presencia en el sur de España y en la región que nos vio nacer, que es Asturias, una región que tiene posibilidad de converger con otras economías del país y que el PERTE de la descarbonización representa una gran oportunidad.

¿Qué sectores son los que van a impulsar el crecimiento de Seresco?

Seresco tiene un balance muy positivo en lo que es la cartera de clientes de la Administración Pública y de la empresa privada, con una representación en nuestra facturación de entre un 40% y un 60%, respectivamente.  

Tenemos muy diversificada nuestra cartera de clientes, con gran presencia en el sector industrial o en el de distribución y agroalimentario, entre otros. No me atrevería a decir que uno es más importante que otro, pero la Industria y todo lo que gira alrededor de su cadena de valor es uno de los sectores que más peso tiene no solo en el presente sino en el futuro de nuestro negocio.

Queremos seguir siendo fuertes tanto en el ámbito público, como en el privado, ya que ese balanceo es el que nos permite que, tanto en las épocas buenas como en las malas, tengamos siempre un apoyo, incluida la diversificación sectorial. Después de 53 años hemos visto sectores que se consideraban tractores que han dejado de serlo y sectores que no lo eran, que ahora lo son.

Somos una empresa con 1.500 clientes y somos el socio tecnológico de referencia de muchos de ellos.

El pasado mes de octubre fue nombrado director de organización y relaciones institucionales de Seresco. ¿Cuáles son los retos a los que se ha tenido y se está teniendo que enfrentar?

Mi nombramiento coincidió con la salida de Seresco al BME Growth, con lo que ha sido un periodo intenso.

En la parte de organización, estamos trabajando en conformar una compañía que sea capaz de absorber el crecimiento al que hemos decidido que nos vamos a someter tanto por el lado de integración de compañías y el crecimiento inorgánico, como por el volumen de la actividad que la propia estructura va a tener que gestionar.

Queremos ser una compañía más ágil, que crezca de manera ordenada a la velocidad que nos obliga nuestro propio plan estratégico. Uno de los principales retos es cumplir una hoja de ruta que se sustenta en el crecimiento internacional, el aprovechamiento de las sinergias de negocio entre las distintas áreas, el fortalecimiento de los vectores de crecimiento, como es la parte de ciberseguridad, y en la optimización de la parte operativa de la compañía, de manera que todos esos factores nos permitan cumplir otros 53 años, como mínimo, con la misma salud y el mismo buen futuro que tenemos en este momento.

Bárbara Madariaga