Modernización de aplicaciones, ¿por dónde empiezo?

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La modernización de aplicaciones es una tendencia que ya se encuentra en la agenda de las empresas de todo tipo y tamaño, al ser esencial para competir en un mercado cada vez más digital. A la hora de emprender una estrategia de modernización de aplicaciones es necesario contar con un partner con experiencia, como Incentro, que ayude en el análisis previo y que pueda aportar valor a lo largo de las diferentes fases.

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Las aplicaciones son una pieza clave en el desarrollo de las distintas actividades de una compañía, por eso resulta fundamental trabajar con aplicaciones y sistemas modernos que se adapten a los nuevos entornos surgidos, sobre todo, en los dos últimos años. Una realidad que ya ha sido asumida por el 95% de los CIO (según datos de IDC), en cuyas agendas se encuentra la modernización y racionalización de sus aplicaciones. 

Numerosos beneficios

Emprender una estrategia de este tipo aporta una serie de beneficios para cualquier empresa, independientemente de su tamaño o de su actividad. Así, ganará en flexibilidad, escalabilidad y agilidad; logrará una reducción del Go-to-Market; se adaptará más rápidamente a la volatibilidad del mercado y al ritmo de la competencia; o se beneficiará de un mayor acceso a la innovación.   

Además, los profesionales del departamento de TI serán capaces de desarrollar y desplegar nuevas aplicaciones y servicios rápidamente mediante la adopción de una arquitectura nativa de la nube y contenedores; de acelerar la capacidad de entrega, mediante la adopción de prácticas de DevOps - SRE (Site Reliability Engineering) para fomentar una cultura de automatización y transformación, o de mejorar la eficiencia mediante la automatización de las operaciones.

“Con unos beneficios tan relevantes, podemos decir que la modernización de aplicaciones, más que una moda es en estos momentos una tendencia”, destaca Miguel Cortés, technology manager en Incentro. “Sin embargo, si tu negocio no ejerce presión, no siempre es necesario pensar en una modernización completa. Aquí entra en juego el trabajo de especialistas que te asesoren. Lo principal es partir de un análisis inicial profundo que defina cuál es la mejor estrategia y que nos haga estar seguros de que el cambio cubre una necesidad real”.

 

Por dónde empezar

A la hora de abordar la modernización de las aplicaciones, lo primero que se tiene que hacer es un análisis en profundidad del estado de la compañía y del entorno de las apps. ¿Qué se logra con esto? Conocer las necesidades reales de las infraestructuras, identificando las diferentes cargas de trabajo que se pueden ir modernizando a través de la nube, su viabilidad para obtener buenos resultados y cómo y cuándo llevarlo a cabo para cada una de ellas. 

Dependiendo de si hablamos de una empresa “nativa digital”, con mayor conocimiento técnico y menores complejidades heredadas, o de una empresa tradicional, el proceso será diferente. En el primero de los casos, lo habitual es trazar una estrategia más global y ambiciosa, mientras que, en el segundo, lo recomendable es comenzar por la aplicación más sencilla y que más beneficios a corto plazo puede proporcionar.

 

Patrones estratégicos

Lift and Shift o Rehost (consiste en migrar la infraestructura exactamente igual a como la empresa la tenía en local y luego se moderniza en el cloud), Replatform (se centra en volver a hospedar aplicaciones en la nube, con alguna modificación de la aplicación para aprovechar la nueva infraestructura de la cloud) o Refactoring (se trata de mover aplicaciones a la infraestructura cloud mientras se rediseñan para adaptarse mejor al nuevo entorno de la nube), son los tres grandes patrones estratégicos que se adoptan en una estrategia de modernización de aplicaciones.

Cada uno tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Por ejemplo, en el caso del primero de ellos, encontramos, como principales ventajas, factores como que no es necesario realizar cambios de código o arquitectura, se puede migrar los servicios principales más fácilmente y la gestión de compliance y de la seguridad es más sencilla. Por el contrario, si se elige este patrón se tiene que asumir mayores riesgos en áreas como la latencia y el rendimiento o errores de migración si no se asigna con precisión los requisitos de la aplicación a la configuración de la nube correspondiente.

Con el segundo de los patrones, Replatform, se obtiene una mayor rentabilidad y escalabilidad, además de que el cambio de plataforma permite que las aplicaciones aprovechen las capacidades de la nube, como el escalado automático, los servicios de almacenamiento y procesamiento de datos administrados, o la infraestructura como código (IaC). ¿Los inconvenientes? Los cambios que se realizan son más agresivos, se requiere automatización o el hecho de que se puede convertir en un proyecto de Refactoring.

Precisamente, el Refactoring es un proyecto mucho más complejo, que requiere de muchos recursos, incluido personal cualificado, y que genera dependencia del proveedor. A pesar de esto, con este patrón se logra un importante ahorro de costes a largo plazo, una mayor adaptación a los nuevos requisitos de los clientes y una mayor resiliencia.

Existen otros enfoques más drásticos como el Rebuild o Replace, que suponen empezar de cero una aplicación o sustituirla por otra que cubra las mismas funcionalidades.

 

La importancia de contar con los expertos

Independientemente de la estrategia que se decida adoptar, es necesario contar con un partner con experiencia, que ayude en el análisis previo y que pueda aportar valor a lo largo de las diferentes fases.

Desde Incentro ofrecen en estos momentos y por tiempo limitado la opción de solicitar un análisis de entorno tecnológico gratuito, que incluye detección objetiva de mejoras de rendimiento, optimización y ahorro de costes a través de la nube, un primer paso esencial para plantear la estrategia de modernización de cualquier negocio.