Inteligencia Artificial, un mercado de 13 trillones para 2030

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La consultora McKinsey estima que la IA sume alrededor de 1,2% de crecimiento adicional del PIB por año hasta 2030, que es el doble del impacto que las TI tuvieron en la década de los 2000.

Comparan la Inteligencia Artificial con el motor, o al menos en el impacto que este último tuvo en la productividad hace ya más de cien años. Y hablando de impacto, se calcula en 13 trillones de dólares, o 13.000 billones de dólares según nuestro sistema, lo que generará la IA a nivel económico para 2030.

Lo dice la consultora McKinsey en un estudio en el que intenta simular el impacto de la Inteligencia Artificial en la economía del mundo. La compañía espera que la IA sume alrededor de 1,2% de crecimiento adicional del PIB por año hasta 2030, que es el doble del impacto que las TI tuvieron en la década de los 2000.

Se espera que para 2030, alrededor del 70% de las empresas podrían haber adoptado al menos un tipo de tecnología de inteligencia artificial, pero que menos de la mitad habrá absorbido por completo las cinco categorías (visión artificial, lenguaje natural, asistentes virtuales, automatización de procesos robóticos y machine learning).

Ayúdanos a conocer cuáles son las tendencias tecnológicas que se impondrán en la empresa el próximo año y más allá, y cómo se está construyendo el futuro digital.

Como es lógico, el impacto se acelerará conforme nos acerquemos a 2023 “y las empresas que se muevan primero capturarán la mayoría de los beneficios a expensas de las empresas que no los adoptan”.

Por otra parte, reconoce el informe de McKinsey que es probable que IA provoque un aumento de la desigualdad entre las naciones desarrolladas y las naciones en desarrollo, con salarios más altos y una reducción de la población trabajadora en las naciones más ricas, lo que impulsará su adopción. Según la consultora, el 14% de los trabajadores del mundo necesitarán cambiar ocupaciones y trasladarse a nuevos sectores o diferentes geografías.

Los países más avanzados podrán conseguir entre un 20% y un 25% adicional en beneficios económicos netos en comparación con la actualidad, frente al entre 5% y 15% de los países en desarrollo.