“Pasamos de una identidad basada en la presunción a una basada en la certeza”, Esteban Morrás, Veridas

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Esteban Morra´s ruiz Veridas

Desde su creación en 2017, Veridas ha revolucionado el concepto de identidad digital apostando por la biometría como piedra angular de la seguridad. Para su director general en España, Esteban Morrás, la clave está en dejar atrás los modelos tradicionales basados en contraseñas y apostar por “una identidad basada en la certeza”. Con presencia en más de 25 países y soluciones activas en banca, seguros, movilidad y ahora universidades, la tecnológica navarra consolida su crecimiento mientras impulsa su propuesta estrella: el wallet de Identidad, que propone devolver el control de los datos al usuario y blindar cada transacción digital.

Tal y como nos explica nuestro interlocutor, “nosotros no nos queremos quedar en la etapa de identificación de clientes. Queremos ser su partner de identidad y catalizador de su negocio”.

 

Un origen vinculado a la seguridad

Antes de Veridas, das-Nano ya operaba en sectores de alta seguridad como el de la impresión de billetes y documentos de identidad. El primer gran hito fue el desarrollo del sensor Pompaelo, homologado por el Banco Central Europeo para controlar la calidad de los billetes de euro. “Fue una ruptura con respecto a cómo se venía haciendo. Se podía medir la tinta magnética en fábrica, sin tirar producción ni esperar tres días”, explica Morrás.

Esta experiencia tecnológica fue la que atrajo a BBVA, que en 2015 buscaba una solución para verificar la identidad de sus clientes de forma remota. Según explica Esteban Morrás, estaban interesados en nuestra “capacidad para generar hardware y software adaptado a inteligencia artificial”.

Así nació Veridas, con un primer caso de uso: comparar una foto del rostro del usuario con su documento de identidad para confirmar que es quien dice ser. En julio de 2017, BBVA lo puso en producción, sustituyendo a un proveedor estadounidense.

 

Identidad sin contraseñas

A día de hoy, Veridas ofrece soluciones en más de 25 países y múltiples sectores: banca, seguros, movilidad, sector público, hospitality, e incluso universidades. Su enfoque va más allá del onboarding de usuarios, porque “la verificación de identidad es solo el principio”, asegura Esteban Morrás. “Después puedes ofrecer autenticación biométrica, firmar documentos, acceder a servicios… todo sin contraseñas”.

El gran diferencial, sostiene, es la biometría, “pasamos de una identidad basada en la presunción, como son las contraseñas, a una identidad basada en la certeza. Lo que somos no puede ser traspasado”.

En este contexto, el nuevo eje estratégico de Veridas es el wallet de identidad, una herramienta que permite al usuario tener el control total de sus datos: “es lo que llamamos identidad soberana”, apunta Morrás, que añade que, “por ejemplo, si tengo que demostrar que soy mayor de edad, comparto solo mi fecha de nacimiento. No hace falta dar el nombre de mis padres ni mi dirección”.

 

Casos de uso con impacto global

El potencial del wallet de identidad va mucho más allá de la seguridad. Puede convertirse en un motor de negocio. Esteban Morrás lo explica con un caso en marcha con un gran club de fútbol español: “están explorando ofrecer un wallet a sus fans. Con él, podrían acceder a descuentos, comprar merchandising o consumir contenido exclusivo: monetizar esa masa social que hoy está desaprovechada”.

Lo mismo sucede con otro caso de uso con empresas de telecomunicaciones en Latinoamérica: “queremos que el cliente se beneficie por ser cliente. Que su identidad digital le abra puertas en otras empresas, por ejemplo, acceder a descuentos en aerolíneas”, explica.

 

IA para defenderse… de la IA

En un entorno de crecientes amenazas de fraude, la inteligencia artificial juega un papel doble. Es tanto herramienta de ataque como de defensa. “Hoy estamos luchando contra identidades sintéticas, inyecciones de datos y deepfakes”, alerta Morrás, y, para ello, explica, “tenemos entre 150 y 170 personas centradas en detectar este tipo de fraude”.

Por eso, la tecnología de Veridas evoluciona constantemente, cumpliendo con los estándares de cumplimiento y experiencia de usuario. Y lo hace, subraya nuestro interlocutor, con el marco de la regulación europea como hoja de ruta: “Europa lo tiene claro. La identificación biométrica en campo abierto está prohibida, salvo excepciones justificadas. Solo se permite en entornos cerrados y con conocimiento del usuario. Y nosotros ahí es donde operamos”.

 

Un 2025 de crecimiento sostenido

El balance del primer semestre del año no puede ser más positivo para Veridas. “Estamos creciendo un 40-50% en uso semanal por parte de nuestros clientes”, revela Morrás, que recuerda que el año pasado “no perdimos ni un solo cliente”.

La segunda mitad del año estará marcada por la expansión del wallet de identidad en universidades y grandes corporaciones. “Estamos haciendo pruebas de concepto con tres o cuatro empresas globales para usar el wallet como herramienta IAM (gestión de identidades y accesos)”, adelanta.

Con todo ello, la ambición es clara: consolidar un nuevo modelo de gestión de identidades en el entorno digital, con la biometría como piedra angular. “Nuestro objetivo es que cualquier interacción digital esté basada en la certeza de saber quién está al otro lado”, concluye Morrás.