Madrid podría ser el hub digital del sur de Europa si invierte 500 millones en infraestructura TIC

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Un estudio de Delfos Research, encargado por Interxion y DE-CIX, revela que Madrid podría ser el núcleo de referencia de infraestructura y negocios digitales (hub digital) para el sur de Europa si invierte 500 millones en infraestructura tecnológica. Se trata de mucho dinero pero el documento calcula que habría un retorno de más de 6.000 millones en cinco años y que se crearían más de 1.800 puestos de trabajo.

El sur de Europa tienen una necesidad cada vez mayor de conexión y Madrid podría convertirse en el hub digital de estos países, según el estudio “Madrid: un hub digital para el sur de Europa. Infraestructura digital conectada”, elaborado por Delfos Research para la compañía de data centers Interxion y DE-CIX operador líder de intercambio de internet a nivel mundial.

La clave para que Madrid lo consiga está, según este trabajo, “en que las Administraciones sean capaces de atraer una masa crítica de data centers y redes de telecomunicaciones (infraestructura digital conectada)”.

Esta infraestructura se ha concentrado tradicionalmente en unas pocas localizaciones, próximas a los principales centros económicos y núcleos de población. Esto explica por qué los grandes hubs digitales europeos se encuentran en Frankfurt, Londres, Ámsterdam y París (conocidas bajo el acrónimo FLAP). Sin embargo, a medida que aumenta la demanda de servicios cloud y se crean servicios más sofisticados y exigentes, avanza la conectividad en países en vías de desarrollo y emergen nuevos negocios e industrias (industria 4.0), se incrementan las necesidades de almacenamiento de datos y de interconexión de redes. Esto está generando una segunda ola de inversiones que requieren de nuevos hubs digitales en Europa, especialmente en el sur del continente por proximidad geográfica y costes más asequibles.

Madrid es hoy un hub de interconexión y distribución de tráfico de datos dentro de la Península Ibérica. Cuenta con la presencia de importantes puntos neutros que interconectan redes y con la proximidad a grandes sistemas de cableado submarino que la conectan con África y América a través de Lisboa o Bilbao. A esto hay que añadir que el porcentaje combinado de conectividad de Francia, Reino Unido y Portugal corresponde al 89% de la capacidad de conexión internacional de España.

El informe sugiere que Madrid tiene una posición envidiable en el sur de Europa para convertirse de facto en un hub internacional de comunicaciones, su ancho de banda internacional ha experimentado un crecimiento sostenido durante los últimos años y sus interconexiones con otros continentes reflejan su posición geográfica estratégica. No obstante, en relación con África, existe un potencial de mayor crecimiento que Madrid debe explotar.

Madrid concentra cada vez un mayor número de data centers. Este crecimiento se ha producido sin que existiera una planificación deliberada, pero si quiere alcanzar el estatus de Hub Digital, será necesario crear un plan estratégico. “Actualmente, la concentración de data centers en Madrid no está incluida en la planificación de infraestructuras de la ciudad. Por ejemplo, la planificación de la red de electricidad no contempla las necesidades futuras de los data centers para cubrir la creciente demanda energéticas de la expansión de la infraestructura digital conectada”, reconoce.

Tres escenarios de inversión y tres resultados
El estudio de Delfos Research incluye tres escenarios en materia de inversión y un retorno directo, indirecto e inducido en la economía local. Los dos primeros, insuficientes, han sido denominados “Inercia” y “Estímulo” y prevén que inversiones de 100 y 200 millones respectivamente, siendo el último, “Hub Digital”, el idóneo con una inversión de 500 millones de euros. Estas son las medidas que adoptarían y el retorno que tendrían cada uno de ellos:

 

 

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1. Inercia. No se realiza ningún plan o política activa para atraer inversión en este tipo de infraestructuras. Se dejan las decisiones al mercado, sin incentivos externos. En este escenario la inversión acumulada para los próximos 5 años alcanza los 100 millones de euros. El impacto en la economía local es de 944 millones de euros, más una inversión en equipamiento informático de 1.200 millones de euros. Con esta inversión se crearían 319 puestos de trabajo a tiempo completo.

2. Estímulo. Se activan políticas para incentivar las inversiones en centro de datos y redes. Las administraciones públicas simplifican la tramitación de permisos, incluso ofrecen algún incentivo en forma de facilidad impositiva. En este escenario la inversión acumulada para los próximos cinco años alcanza los 200 millones de euros. El impacto en la economía local es de 1888 millones de euros, arrastrando una inversión en equipamiento informático de 2.400 millones de euros. En este escenario se crearían 631 empleos a tiempo completo.

3. Hub digital. Las administraciones apuestan por convertir a Madrid en un hub digital y capturar la enorme oportunidad que representa. Para ello, lideran un esfuerzo concertado a través de un plan estratégico en el que se involucra a los principales agentes económicos. En este escenario la inversión acumulada para los próximos cinco años alcanza los 500 millones de euros. El impacto en la economía local es de 6.088 millones de euros a los que hay que añadir una inversión en equipamiento informático por valor de 6.000 millones de euros. Un total de 1.830 puestos de trabajo a tiempo completo se crearían en este escenario.

Qué se necesita
Además del montante económico de inversión, para materializar esta oportunidad será necesario un esfuerzo conjunto y coordinado de diferentes actores económicos (operadores eléctricos y de telecomunicaciones entre otros), liderados por la Administración Pública. Concretamente, existen cuatro aspectos que los se deben cuidar para atraer inversiones en infraestructura digital: un acceso a la energía rápido y económica, puesto que los data centers son grandes consumidores; redes de comunicaciones que estén interconectadas y sean seguras; una Administración que facilite la inversión, garantice la trasparencia, ofrezca un marco regulatorio sencillo, etc., e indicadores económicos positivos en áreas como la disponibilidad de recursos para la construcción y operación, facilidad de acceso, capacidad de expansión, competitividad de costes, riesgos y seguridad e industrias digitales robustas que aumenten la demanda de infraestructuras.