Acelerando la digitalización: tendencias para un mundo mejor

  • Opinión

luis barreiro, babel

Una de las grandes realidades con la que nos enfrentamos, ya lo analicemos desde la perspectiva de la tecnología o desde la del negocio, si es que éstas pueden separarse, es que la transformación no es una opción, sino una necesidad inapelable, y que a ésta no se llega por el capricho del cambio sino por la existencia de circunstancias disruptivas que obligan a las sociedades, negocios y personas a transformarse para poder sobrevivir. Esto, en cualquier circunstancia, es cierto, pero en el mundo en el que estamos viviendo hoy es una cuestión de supervivencia.

En este contexto, hace apenas dos años nos encontramos con el gran disruptor, el COVID, que hizo que esta necesidad ya no fuera, nunca lo ha sido, una opción, sino una cuestión de supervivencia. La transformación se aceleró, se vio constreñida a un tiempo concreto y limitado. El reto ya no era transformarse, todos lo hemos hecho de forma más o menos rápida. El verdadero reto es acelerar el proceso, pero ¿qué es la aceleración digital? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Cuál es el rol de la tecnología? ¿Cuáles son nuestras apuestas?

La aceleración la entendemos como el verdadero disruptor que estamos viviendo todos, pero que en el futuro muy próximo viviremos incluso las empresas de servicios IT. Hemos identificado una serie de tecnologías que consideramos que son los aceleradores de la digitalización, porque entendemos que son aquellos que nos permiten dar un paso de gigantes y ayudarnos a resolver los problemas que están dificultando este proceso a la velocidad requerida.

Low Code, la hiper automatización, la Inteligencia Artificial en un ecosistema totalmente escalable, en la nube, no el cloud, pero un auténtico multicloud bajo una protección proactiva, mediante la ciberseguridad, se convierten en las piezas clave de este ecosistema y en nuestra apuesta. Todas y cada una de ellas lo que nos permiten es maximizar, en un mundo escaso de talento, la dedicación de valor a tareas clave. Lógicamente, existen otras tendencias como la computación cuántica, el metaverso y otras más aplicables a áreas específicas, que conforman parte de lo que llamamos aceleradores… quizás aceleradores cuánticos en cuanto a la capacidad que nos pueden otorgar de forma progresiva a cambiar el modelo de negocio, el modelo de respuesta y, sobre todo, el mundo en el que vivimos.

Quizás una de las estrellas en este momento es el papel de la Inteligencia Artificial, ya que implica un proceso revolucionario en la forma de trabajar y en el camino que abre en todos los campos. Hemos visto recientemente cómo Chat GPT o AlphaCode de Google plantean un mundo en el que la IA se posiciona como herramienta imprescindible en este contexto de la augemented humanity. Permite responder a cuestiones, a dudas, permite realizar trabajos no excesivamente complejos, lo que llamamos Narrow AI, pero claramente marcan una senda de evolución. No viene a reemplazar a las personas, viene a aumentar sus capacidades, que hasta ahora no eran escalables a la velocidad que necesitamos, que también nos limitaban en muchas ocasiones, y que ahora nos permiten precisamente poner en práctica este concepto que tanto defendemos de la aceleración digital.

¿Cómo puedo ser capaz de que todas estas acciones repetitivas de poco valor en sí mismas pero claves para poder seguir avanzando en la trasformación se vean aumentadas? Pero es una combinación de conceptos. Esta tecnología no tiene contexto, sentido común, sentimientos o un sentido de la responsabilidad… pero eso no reemplaza. ¿Cómo puedo asegurarme de que el talento y la capacidad creativa humana, la sensibilidad de diferencias entre las cosas que son consumibles de forma fácil sobresalgan del resto y se den en mi propuesta? ¿Cómo asegurarme de que la ética se tiene en consideración cuando desarrollamos soluciones para personas? ¿Cómo podemos entender las necesidades y problemas de negocio, no escritos, pero sí contextualizados? Esto es lo que todavía diferenciará a los humanos de las máquinas, siempre y cuando usemos la tecnología con responsabilidad.

Por eso necesitamos seguir apostando por crear talento humano, por dar acceso a la educación a quien no lo tiene, por una educación de calidad que forma personas, por saber que fuera de nuestras fronteras existe gente que puede ayudarnos a enfrentarnos a estos retos, a conocer la historia y ver cómo los cambios siempre han sido complejos, pero se han logrado superar.

Esto no es nada nuevo, siempre ha sucedido, pero es verdad que en este momento representa la apertura de un horizonte absolutamente nuevo y revolucionario, de un acelerador impresionante y de preguntas sin respuesta; me temo ya que no sabemos cuándo ni cómo pasará… las variables son tantas y tan complejas que solo nuestra capacidad y compromiso de trabajar en un modelo de IT for Good nos permitirán poner en marcha un mundo que debería ser mejor, para todos.

Luis Barreiro, Responsable de Estrategia e Innovación en Babel