En tiempos convulsos, tecnología

  • Opinión

ramon costa, altia

Ha sido una fiel compañera del ser humano a lo largo de su historia. Es más, ha protagonizado muchos de los grandes hitos de la historia de la humanidad. Desde la invención de la imprenta, pasando por la Revolución Industrial y la llegada del hombre a la luna, siempre ha estado ahí marcando la diferencia y permitiendo el progreso de la civilización. La tecnología es y ha sido una gran protagonista en los acontecimientos globales, también de los más recientes. Durante la crisis de la COVID-19 se convirtió de la noche a la mañana en nuestra gran aliada; permitió que los niños pudieran seguir aprendiendo, que los hospitales pudieran continuar funcionando y que las empresas pudieran mantenerse en marcha para que la economía no se quedara estancada y las familias pudieran subsistir.

Ahora, miles de refugiados ucranianos encuentran una fuente de ingresos gracias a la tecnología que les permite trabajar para empresas de cualquier lugar del mundo desde su refugio. Una vez más, son los avances tecnológicos los que posibilitan la supervivencia de nuestras sociedades. Es la digitalización de las empresas la que hace que éstas puedan tener empleados a lo largo de todo el planeta; logrando su adaptación al entorno y la continuidad de su actividad incluso en tiempos de guerra.

En este contexto, en el que la tecnología ha alcanzado semejante dimensión, la guerra no es únicamente cosa del mundo físico, sino que, desgraciadamente, es también una realidad en el día a día virtual. Las diversas y cada vez más complejas formas de ataque se extienden a lo largo y ancho de Internet.

Las empresas e instituciones se enfrentan a miles de peligros que pueden poner peligro a sus clientes y por los que su integridad puede verse seriamente perjudicada. El robo de credenciales, la fuga de información, el phishing, el ransomware son solo algunas de las amenazas para las empresas del siglo XXI. De ahí la obligatoriedad de definir una estrategia clara de ciberseguridad basada en la inteligencia artificial que permita detectar, combatir y neutralizar esas ciberamenazas, que cada vez son más sofisticadas y dañinas. La ciberseguridad es una inversión imprescindible para aquellas empresas que quieran garantizar la seguridad de sus empleados y clientes y así mejorar su competitividad en el mercado.

Datos, el oro del siglo XXI

Afortunadamente, la apuesta de las empresas por la tecnología no se limita a la defensa. Y es que hay algo por lo que la mayoría de las compañías compite hoy en día: los datos. Cuantos más datos logre obtener una empresa, mayor capacidad de aprendizaje y precisión para la inteligencia artificial que emplee. Todo esto se traduce inevitablemente en una mejor adaptación a las necesidades de sus clientes.

Desde las técnicas de Process Mining, que permiten desglosar cada uno de los procesos de negocio detectando márgenes de mejora y permitiendo optimizarlo al máximo, hasta la aplicación de tecnologías RPA que posibilitan la automatización de procesos mediante robots. La aplicación de estas tecnologías es una apuesta segura, ya que el retorno rápido de la inversión está garantizado gracias a los ahorros generados a través de la simplificación y la automatización de los procesos. Eficiencia en su máximo esplendor gracias, una vez más, a la tecnología.

En la nube como en casa

Resulta casi imposible hablar de eficiencia empresarial y tecnología sin referirnos a la nube. Cuesta encontrar empresas que a día de hoy no alojen al menos parte de sus infraestructuras en el mundo cloud. Mundo que ha abierto la puerta a nuevos modelos empresariales, ya que incluso existen compañías sin infraestructuras físicas que han sido fundadas por completo sobre la nube.

No es de extrañar que cada vez sean más las aplicaciones y los servicios disponibles en este entorno; y es que la flexibilidad, elasticidad, escalabilidad y versatilidad de este modelo tecnológico ha logrado acallar las voces de aquellos desconfiados que en sus inicios le auguraban un futuro desafortunado. Quién les diría hace unos años que la nube sería para muchos nuestra segunda casa.

Indispensable para la supervivencia

De la misma forma que no logramos imaginar un verano sin sol, no se puede concebir una empresa de 2023 sin la tecnología. Ésta ha pasado de ser una inversión opcional a ser parte inherente de la actividad empresarial, llegando incluso a transformar por completo sectores que nada tienen que ver con lo que eran hace 20 años.

Las empresas que mejor se adapten a entornos cambiantes gracias a las posibilidades que permiten las nuevas tecnologías, serán las que triunfen en un entorno marcado por una revolución tecnológica imparable que hace que estemos obligados a reinventarnos constantemente.

En resumidas cuentas, en estas líneas hemos intentado resaltar el calado de la transformación que está viviendo el tejido empresarial. La tecnología ha dejado de ser una opción para pasar a ser algo indispensable para aquellas compañías que quieran mantener su competitividad en esta realidad cada vez más convulsa.

En definitiva, que en tiempos convulsos, tecnología.

Ramón Costa, Director de Servicios Cloud, Ciberseguridad e Infraestructura en Altia