Hasta 665 millones de euros: es el impacto negativo que tendrá la tasa digital para los consumidores

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La "Tasa Digital" tendrá un impacto negativo sobre los consumidores valorado en hasta 665 millones de euros, según el estudio de PwC "Impacto de un impuesto sobre los servicios digitales de la economía española", elaborado a petición de Ametic y Adigital. La patronales siguen insistiendo en que el coste del impuesto se transferirá a las empresas usuarias de los servicios afectados y éstas a su vez trasladarán una parte al precio final que paga el consumidor.

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Esta mañana se ha presentado el informe solicitado por Ametic y Adigital a PwC para medir el impacto del impuesto sobre determinados servicios digitales (IDSD), conocido como Tasa Google, que aprobó el Consejo de Ministros el pasado 18 de enero.

El resultado de este informe es que habrá “un impacto negativo sobre el bienestar de los consumidores españoles”. Este perjuicio, con un valor económico estimado de entre 515 y 665 millones de euros, se deriva del incremento del precio de los productos y servicios, lo que conlleva pagar más por ellos (repercutiendo negativamente en el ahorro) e incluso, en algunos casos, no poder permitirse su adquisición y disfrute.

Sus autores dicen que, debido las características estructurales del sector digital, los grandes perjudicados por la Tasa Digital serán precisamente los principales beneficiarios de los servicios digitales: pequeñas y medianas empresas (pymes) y consumidores. La razón, según explican, es que “el coste del impuesto será transferido a las compañías usuarias de los servicios gravados, que trasladarán una parte al precio final que paga el consumidor. En función de la variación de la cantidad demandada de productos y servicios ante una variación en el precio, una parte del coste lo asumirán los consumidores, a través del precio, y el resto el propio vendedor, como un incremento del coste”.

Las empresas españolas usuarias de los servicios digitales verán reducidos sus beneficios entre 450 millones y 562 millones de euros, de acuerdo con las estimaciones de PwC, que suma el incremento del coste de uso de plataformas y marketing online y la disminución de las ventas por el traslado de parte del precio al cliente final. Este efecto en el beneficio de las empresas españolas tendrá una repercusión económica negativa de hasta 662 millones de euros sobre el PIB nacional, según PwC. “Asimismo, como resultado colateral, la introducción de este impuesto tendrá un impacto neto negativo sobre la recaudación del IVA, debido a la disminución de la facturación”, añade.

El estudio también dice que este impuesto puede ralentizar el proceso de digitalización, lo que acaba perjudicando a la economía y al PIB, y se crea un “efecto distorsionador sobre el mercado”, creando ventajas competitivas de determinadas empresas sobre otras. En opinión de PwC, el impuesto perjudicará a las compañías más digitalizadas que utilicen plataformas de terceros para vender o anunciar sus productos (principalmente pymes, por el menor coste).

Estas compañías se verán, por un lado, perjudicadas al exportar, ya que pagarán al menos la mitad del impuesto, funcionando como un arancel a la exportación. Por otro lado, en el mercado doméstico pagarán el impuesto completo, quedando en desventaja competitiva respecto a los importadores extranjeros, que pagarían solo la mitad, incentivando así la importación.

PwC también se detiene en las plataformas online de intercambios de productos y servicios (marketplaces), bien entre empresas (B2B) o de empresas a consumidores finales (B2C), son una de las actividades que se verán afectadas por este impuesto. Se trata de una solución asequible para que las empresas de menor tamaño, de reciente creación o startups realicen la venta online de sus productos y se internacionalicen, sin necesidad de desarrollar una plataforma propia.