Dudas, preocupaciones y pronósticos para el futuro económico tras la crisis sanitaria

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Todos coinciden: lo primero, contener el virus, pero ¿y después? La pandemia ha tensionado los sistemas sanitarios, pero también la estructuras económicas, lo que pondrá a prueba el estado del bienestar y capacidad de respuesta de las sociedades del mundo que conocemos. ¿Qué escenarios se barajan?

 

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Hace escasos días, la CEOE hacía público el informe “Escenario económico: especial impacto Coronavirus”, del que se desprende que las empresas y la economía se verán más afectados de lo que se preveía en un principio.

Elaborado por su departamento de Economía, el documento sostiene que España volverá a entrar en recesión en 2020 debido al parón de la actividad y de la demanda a partir de la segunda quincena de marzo y su extensión a abril, con una caída del PIB estimada en un 5% para el conjunto del año (con diferente afectación por sectores), dentro del escenario de recuperación más intensa, en el que se estima el final del confinamiento para los primeros días de mayo, una alta efectividad en las medidas adoptadas y una recuperación rápida en la mayor parte de los sectores.

En este escenario, el más positivo, los niveles de actividad podrían alcanzar en diciembre los existentes al cierre de 2019, con lo que la recuperación en un escenario como el actual debería ser más rápida que cuando asistimos a un final de ciclo del tipo de la pasada recesión. En este sentido, en el escenario se estima que el PIB experimentaría un notable rebote del 5,2% el próximo año.

Con todo, se perderán 445.300 ocupados en términos de EPA, un 2,3% menos en media anual, y la tasa de paro crecerá del 14,1% al 16,5%, con un incremento del paro en 560.400 personas, hasta situarse en 3,8 millones.

En el más adverso de los escenarios, con un confinamiento más prolongado y una menor efectividad de las medidas adoptadas, la caída del PIB podría situarse alrededor del 9%. En este caso, el empleo caería un 4% en media anual, con un descenso de la ocupación de 796.800 personas, y el paro se elevaría en 912.000 personas, hasta casi los 4,2 millones, con una tasa de desempleo del 18%.

En cualquier caso, la excepcionalidad de la situación hace difícil predecir escenarios centrales puesto que se desconoce aún la evolución de la propia crisis sanitaria o el grado de efectividad de las medidas adoptadas por el Gobierno hasta el momento, entre otros factores. Lo que sí está claro es que es, según este análisis y a poco que observemos las señales, es que un ‘shock de impacto’.

A las previsiones de este estudio, que analiza también la escalada del déficit y la deuda pública que se producirá, y una propuesta de medidas para paliar la situación, se suma la visión que dan responsables financieros de distintas organizaciones de EE.UU., México y otros países, en una investigación realizada por PwC.

De sus aportaciones, la consultora concluye que la principal preocupación de los directores financieros es que el Covid-19 conduzca a una recesión económica, seguida del impacto que pueden tener las medidas que se están tomando para evitar la propagación del virus en tres ámbitos: la confianza de los consumidores, las operaciones financieras y la productividad de los empleados. 

El 54% de los encuestados asegura que la pandemia tendrá un efecto ‘significativo’ en sus operaciones comerciales, mientras que el 34% cree que este impacto se limitará a regiones geográficas específicas, pero estaban siguiendo de cerca la evolución de la situación (la encuesta se realizó la semana del 9 de marzo).

En esa fecha, las empresas estaban dando prioridad a la salud y la seguridad de sus trabajadores, al tiempo que potencian sus capacidades para teletrabajar y para mantener a las personas conectadas de manera segura y sostener, así, sus proyectos en marcha. No obstante, la crisis está mostrando algunas lagunas en materia de infraestructuras y en aspectos como el upskilling digital, la disposición de ancho de banda y la ciberseguridad, por lo que es probable que se incrementen las inversiones en transformación digital.

Escenarios de recuperación
La mayoría de los directores financieros creían que si la pandemia del Covid-19 finalizara inmediatamente, sus negocios podrían volver a la normalidad en menos de tres meses. Las empresas más optimistas sobre la resolución de la epidemia se están centrando en soluciones a corto plazo para gestionar las interrupciones de la actividad, en lugar de soluciones a más largo plazo, con implicaciones estratégicas. Asimismo, según PwC, están evaluando medidas de contención de costes, como planes para frenar los gastos discrecionales. “Si las condiciones continúan deteriorándose, esperamos ver un retroceso la inversión de las compañías, a medida que cambien de estrategia”, dice la consultora.