Franceses y británicos, los más dispuestos a compartir sus datos para contener el coronavirus

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Los ciudadanos franceses (58%) y británicos (60%) suelen estar más inclinados que los de otros países a compartir sus datos para ayudar a controlar la difusión del Covid-19. Aunque son muchos los que van a permitir la recopilación de datos para este fin, el 79% de los europeos desconfían del uso que se pueda hacer de ellos.

 

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Okta ha publicado “The Cost of Privacy: Reporting on the State of Digital Identity in 2020”, un informe que examina la percepción del público sobre las cuestiones relacionadas con la privacidad digital, en particular en el contexto de la lucha contra el coronavirus. Los resultados de la encuesta muestran que la mayoría de los ciudadanos franceses (78%) y británicos (81%) son conscientes de los planes de sus gobiernos para seguir la evolución de la COVID-19 a través de la recopilación de datos de sus smartphones. Sin embargo, más del 80% de los europeos expresaron su preocupación por el hecho de que sus datos estuvieran siendo utilizados por organizaciones para iniciativas no relacionadas con la COVID-19.  En algunos casos, los consumidores desconocen los datos que se están recopilando.

La publicidad es el principal problema: el 79% de los encuestados están preocupados por el uso de su información por parte de las organizaciones para proporcionarles anuncios personalizados. La mayoría de los encuestados tienen una opinión desfavorable de que las empresas que recojan su información personal, en particular en las conversaciones fuera de línea escuchadas por otros dispositivos (82%), las contraseñas (79%) y los datos biométricos (77%). Además, al 81% le preocupa el almacenamiento de esos datos en lugares poco seguros, el peligro de sacrificar excesivamente su privacidad, así como las posibles repercusiones financieras que pueda esto tener, como, por ejemplo, en sus primas de seguro.

A pesar de algunas preocupaciones, los ciudadanos franceses y británicos suelen estar más inclinados que los de otros países a compartir sus datos para ayudar a controlar los contagios. Por ejemplo, el 58% de los encuestados (60% en Reino Unido) estaría dispuesto a proporcionar sus datos de geolocalización; esto es mucho más alto que en los Países Bajos (45%), Alemania (47%), los Estados Unidos o Australia (49%). También se sienten relativamente cómodos con la idea de que sus datos se reúnan para determinar si el virus está progresando, o para determinar qué individuos habrían estado en contacto con personas que han dado positivo o la eficacia de la vacuna. Más de la mitad de los encuestados también cree que la vigilancia de los datos de los smartphones sería eficaz para controlar la propagación del virus.

Los individuos de las generaciones Y (millenial) y Z están mucho más preocupados por el uso de sus datos que sus mayores. Casi tres cuartas partes de los jóvenes de 18 a 34 años están preocupados por el hecho de que los organismos gubernamentales tengan acceso a su información por razones no relacionadas con el Covid-19. Además, el 84% de los jóvenes de 18 a 34 años también se preocupan mucho por sacrificar su intimidad.

Los franceses son los que menos se avergüenzan cuando se trata de vender sus datos. Mientras que la mayoría de los encuestados británicos (94%) holandeses (97%) y australianos (95%) tienen una opinión negativa sobre esta venta, sólo el 89% de los franceses lo ven así. Sin embargo, el 41% de franceses y 36% de británicos ellos estarían dispuestos a compartir sus datos con las empresas a cambio de una contribución financiera, como su historial de compras, datos de geolocalización, historial de navegación y otros detalles sobre su consumo de contenidos multimedia en línea. Sin embargo, hay una serie de áreas que quedan fuera de los aceptable para la mayoría. Por ejemplo, son mucho menos los que están dispuestos a vender sus contraseñas, las interacciones offline y sus datos biométricos.

La encuesta de Okta muestra que un tercio de franceses y británicos estarían generalmente dispuestos a aceptar entre 10 y 30 euros y 10 a 30 libras por sus datos de geolocalización y su historial de navegación. Sorprendentemente, el 14% de franceses y el 10% de británicos estarían dispuestos a compartir datos sobre sus contraseñas por menos de 30 euros / 30 libras.