El sector se prepara para una potencial recesión en el mundo de la tecnología ‘como servicio’

La entrada de Estados Unidos en recesión técnica es una situación que preocupa a las principales economías europeas. IDC, en un blog, destaca que esta situación es la última de las tormentas perfectas que tienen que afrontar los principales directivos del sector tecnológico que también están lidiando con la gestión de la pandemia, los problemas en la cadena de suministro, la escasez de talento tecnológico y técnico, el aumento de las amenazas de la ciberseguridad, el cambio de las normativas climáticas o la guerra entre Rusia y Ucrania, a lo que se une la subida de la inflación o la crisis energética. Todos estos factores han hecho que muchos prevean una “significativa reducción de la actividad económica” que puede desencadenar en que la UE entre en recesión a principios de 2023.

Es más, una encuesta realizada por IDC a CIO de todo el mundo asegura que el 79% de ellos espera que, o bien su propio país entre en recesión, o bien que se produzca en países importantes para su negocio. Un 95% cree que ésta ya ha empezado o que empezará en menos de un año y el 77% cree que durará al menos un año. Eso sí, confían en que no sea una recesión profunda.

IDC destaca que ésta será la primera recesión potencial en el contexto de un panorama tecnológico "as-a-Service”. Con la cloud dominando el gasto tecnológico en infraestructuras, plataformas y aplicaciones (el mercado global de la nube representará el 40% del gasto en TI de las empresas en 2022) se espera que el 50% del gasto en todo el software sea “as-a-Service” a finales este año, aumentando a casi dos tercios en 2026.

Si continuamos con las previsiones realizadas por IDC, el 63% de los CIO realizarán reducciones específicas en el gasto de TI o reducirían los presupuestos generales de TI. A pesar de este dato, la consultora confirma que en la actualidad muchas organizaciones continúan invirtiendo en proyectos tecnológicos estratégicos para apoyar las iniciativas de negocio (por ejemplo, análisis, automatización, CX, EX y transformación de la cadena de suministro) como parte de los esfuerzos de transformación digital más amplios.

Aunque el pesimismo empieza a apoderarse de las empresas, IDC destaca que hay varios factores por los que se puede prever que el sector tecnológico se comportará de forma diferente a otros sectores. Por ejemplo, los datos de gasto de IDC ya muestran una diferencia significativa entre el gasto en TI de los consumidores (centrado más en dispositivos y servicios multimedia/de contenido) frente a las empresas, donde el gasto está demostrando ser mucho más resistente (impulsado principalmente por la nube).

Además, en anteriores recesiones económicas, el gasto en TI seguía de cerca las tendencias del PIB, ya que las compras de CAPEX a gran escala se posponían o se cancelaban por completo. Ahora, se está apostando por contratos plurianuales a más largo plazo, con lo que el gasto global en TI no experimentará el mismo nivel de agitación que en las pasadas recesiones. La presión se traslada a los proveedores de servicios en la nube que seguirán necesitando invertir capital en hardware informático y centros de datos para respaldar todos esos compromisos a largo plazo.

IDC ya está viendo ejemplos de contratos en la nube más flexibles. El objetivo es reducir la volatilidad de los costes durante un periodo prolongado, haciendo que la planificación de la capacidad y la contabilidad de los costes sean más predecibles.

El principal reto para los proveedores de software será hacer frente al incremento de la cloud como consecuencia de la subida de los precios de infraestructura y energía (IDC prevé que las ofertas cloud crezcan entre un 5% y un 7%). En cuanto al mercado de las TI, IDC espera que continúe la resistencia en el espacio empresarial, impulsada por este panorama tecnológico "como servicio".