Estos son los retos que enfrenta el 'movimiento ESG'

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El “movimiento ESG” (Environmental, Social and Governance) se encuentra en un momento crítico. La falta de estandarización, regulación y propósito común amenazan la confianza en un entorno de creciente preocupación por la sostenibilidad, según un estudio de EY y Oxford Analytica.

A medida que aumenta el interés por los criterios ESG, que conllevan el compromiso social, ambiental y de buen gobierno de las compañías, crece la necesidad de contar con datos más confiables y de mayor utilidad. Para generar confianza, la industria necesita estándares mejorados que ofrezcan una información más fidedigna sobre sostenibilidad, así como una garantía de independencia sobre la misma. Así lo recoge el reciente informe The emerging sustainability information ecosystem publicado por EY y Oxford Analytica. Desafíos, según el mismo, que están acrecentando la inflación y la invasión de Ucrania.

El informe pone de manifiesto las crecientes denuncias por el llamado 'greenwhasing', convertido en uno de los principales desafíos a abordar para la credibilidad y el éxito de la información ESG en general. Este término se utiliza para denunciar a las organizaciones que se preocupan por el medioambiente cuando sus actividades son perjudiciales para él.

Generar confianza en este entorno es responsabilidad de muchos actores que dan forma a este ecosistema de sostenibilidad, lo que debería reflejarse a la par que la información financiera, de forma comúnmente establecida, que emitan las compañías para sus stakeholders.

Este informe también subraya que ha habido una falta de acuerdo sobre lo que los criterios ESG deben incluir, cómo aplicar las métricas acordadas o cuál es la mejor manera de utilizar los datos disponibles.

Para generar una mayor confianza en los conceptos ESG, el informe de EY y Oxford Analytica describe cinco áreas centrales para mejorar:

1. Aportar mayor transparencia sobre los ratings ESG.

2. Aumentar la comprensión sobre los diversos usos de la información sobre sostenibilidad.

3. Asegurar la independencia, la aplicación de los estándares y la mejora del rigor en los informes, similar a cómo lo hacen los reportings financieros.

4. Desarrollar taxonomías de finanzas sostenibles consensuadas que contribuyan a eliminar la confusión sobre lo que se considera sostenible y lo que no lo es.

5. Reducir las barreras de entrada para las entidades procedentes de economías emergentes.