La UE busca garantizar el suministro y el liderazgo tecnológico en semiconductores

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CPU procesador generica

La situación vivida durante la pandemia dejó claro que Europa no podía depender únicamente de las cadenas de suministro de chips mundiales. Además, los expertos prevén que la demanda se duplique de aquí a 2030. Mediante la Ley Europea de Chips, la UE pretende duplicar la cuota de mercado actual hasta lograr un 20% en 2030.

La pandemia y la crisis de los semiconductores, que se sufrió a consecuencia de ella, dejó muy clara la necesidad de intervenir y actuar a escala europea, cuando varias fábricas de la UE pertenecientes a diversos sectores, desde los automóviles hasta los dispositivos sanitarios, tuvieron que cerrar por la escasez de estos activos estratégicos, fundamentales para las cadenas de valor industriales.

La escasez de chips puso de manifiesto la necesidad de una logística ágil y adaptable, que fuese capaz de responder a cambios inesperados en la oferta y la demanda. “Todas las empresas implicadas tuvimos que fortalecer nuestras capacidades para gestionar esta crisis que se produjo en la cadena de suministro y que puso a prueba la resiliencia de la logística en esta era tecnología, generando un cambio en la forma en que se concebía y gestionaba la distribución de componentes clave para la industria electrónica”, Mikel Lavin, director general en Intermodal Forwarding.

La situación vivida dejo claro que Europa no podía depender sólo de las cadenas de suministro de chips mundiales y de los pocos lugares de fabricación que existen actualmente con un contexto geopolítico complejo. Además, el problema tiende a aumentar, ya que los expertos prevén que la demanda de chips se duplique de aquí a 2030.

“Si a esto le sumamos que del billón de microchips que fueron fabricados en todo el mundo en 2020, solamente un 10% corresponde a la cuota de mercado europea, las dificultades para satisfacer la creciente demanda europea debían de abordarse y solucionarse antes de que aumentasen aún más”, puntualiza el directivo.

Europa busca soluciones al problema de la dependencia tecnológica

El pasado otoño entró en vigor la Ley Europea de Chips con el objetivo de reafirmar la competitividad y la resiliencia de Europa en las tecnologías y aplicaciones de semiconductores, así como contribuir a lograr la doble transición digital y ecológica que es tan necesaria. Esta ley establece un conjunto global de medidas para garantizar la seguridad del suministro y el liderazgo tecnológico de la UE en las aplicaciones de semiconductores.

La Ley Europea de Chips pretende garantizar la disponibilidad a corto, medio y largo plazo de los chips, lo que contribuirá a estabilizar las cadenas de suministro y a fortalecer la logística en la Unión Europea. El objetivo es crear un ecosistema europeo de chips, que incluirá la producción de chips y conectará las capacidades de investigación, de diseño y de ensayo de la UE.

La UE pretende así duplicar la cuota de mercado actual hasta lograr un 20% en 2030. Para lograrlo se van a movilizar más de 43.000 millones de euros de inversiones públicas y privadas y se establecerán medidas para que la UE pueda anticiparse al problema y pueda estar preparada y responder rápidamente a cualquier futura interrupción de la cadena de suministro, junto con los Estados miembros.

“El promover el aumento de la fabricación de chips dentro de Europa tendrá un impacto positivo en la gestión de la cadena de suministro ya que la logística se simplificaría y el suministro estaría garantizado en diversos sectores, lo que impediría una nueva ruptura de las cadenas de suministro”, apunta Mikel Lavin.

Los grandes miran a Europa

Intel ha invertido 17.000 millones para construir la primera gigafábrica de chips en Europa que se ubica en Magdeburgo, y que viene a sumarse a los dos complejos que ya tiene en Polonia y en Irlanda. También en Alemania, en Dresde, TSMC va a abrir su primera fábrica europea de semiconductores que proporcionará chips para los sectores automotriz e industrial, tras el interés mostrado por los fabricantes de automóviles alemanes, incluidos Volkswagen AG y Porsche AG, para que hubiese una planta en suelo alemán.

Por su parte, en Francia, STMicroelectronics y GlobalFoundries van a construir la primera fábrica de semiconductores francesa, en Crolles, al sureste de Francia, y se prevé que empiece a funcionar en 2026. Por tanto, Francia se ha unido a Alemania en la pugna por la fabricación de chips.

Nuestro país no va a quedarse atrás. De hecho. nuestro gobierno se ha fijado como objetivo instalar una o dos fábricas de 5 nanómetros. De momento, la compañía estadounidense Broadcom va a invertir 900 millones en instalar una nueva fábrica en España, que estará especializada en la segunda parte del proceso de fabricación de chips, llamado back-end. “Se trataría de la primera factoría especializada en el back-end que existirá en Europa”, confirma Lavín. El acuerdo alcanzado con la multinacional estadounidense abre la puerta a otras grandes inversiones.

“Nuestro país es muy interesante para las empresas que están buscando nuevos emplazamientos y oportunidades. La fábrica de Broadcom puede ser el primer granito en torno al cual se concentren otras instalaciones relacionadas con esta industria”, augura Mikel, añadiendo que, “gracias a esta nueva ley y a todas estas expectativas de crecimiento de los chips, que resultan tan interesantes para tantos sectores que los necesitan directamente, se generarán también grandes oportunidades a nivel logístico en Europa, y más concretamente aquí en nuestro país”.