Las grandes empresas quieren que sus departamentos financieros innoven y aporten valor

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Un estudio de EY, realizado en colaboración con Euromoney Institutional Investor, pone de relieve que las grandes empresas necesitan sus funciones fiscal y financiera sean innovadoras a la hora de gestionar las presiones a las que se enfrentan y aportar valor en una época de reducción de costes.

Las áreas de fiscalidad y finanzas de las empresas tienen que adaptarse a un entorno cada vez más digitalizado, marcado por reformas regulatorias a nivel global y el aumento de las peticiones de mayores niveles de transparencia por parte de organismos internacionales, en un momento en el que escasea el talento y hay presiones sobre los costes.

Así lo sostiene el informe Reimagining the tax function: Find your path forward, elaborado por EY, en colaboración con Euromoney Institutional Investor, en el que han participado ejecutivos de más de 1.700 grandes organizaciones, de 28 países (el 38% europeos) y 17 industrias, e incluye un 63% de las mayores empresas cotizadas del índice Forbes Global 500.

Según el estudio, el 84% de las organizaciones están tomando medidas para corregir las deficiencias en sus modelos operativos y que reconocen la necesidad de que sus funciones fiscal y financiera sean innovadoras a la hora de gestionar las presiones a las que se enfrentan y aportar valor en una época de reducción de costes.

Las empresas tienen que identificar y llevar a cabo los cambios internos necesarios para afrontar esto retos que se les plantean. En lo que respecta a los profesionales del área financiera y fiscal “deben reinterpretar sus funciones para gestionar las presiones externas”, dice el informe.

 

 

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Y para hacerlo, EY recomienda a las empresas, en primer lugar, que examinen el objetivo de su modelo operativo, es decir, que revisen sus prioridades en cuanto a minimización de costes, la creación de valor y la gestión de riesgos.

A continuación, deben determinar qué se quiere destruir. En este punto, la firma dice que el mantenimiento de la función fiscal y financiera dentro de la empresa requiere cierto nivel de transformación interna, en el sentido de optimización de profesionales, procesos, datos y tecnología.

También es importante establecer lo que se debe comprar. “Las actividades que son consideradas de menor valor o ‘best in cost’ se deben realizar al mínimo coste posible ya sea centralizándolas, trasladándolas a localizaciones de bajo coste o externalizando”, explica la firma.

Finalmente, una vez que la empresa ha decidido qué actividades son “best in cost” y cuales son de mayor valor o “best in class”, deberá decidir cuáles quiere mantener dentro de la organización o cuáles prefiere externalizar. Ambas alternativas tienen ventajas e inconvenientes. “Muchas empresas optan por un modelo híbrido para ganar en eficiencia en el área financiera y fiscal. La opción más tradicional es la gestión del cambio a nivel interno, pero requiere un mayor enfoque en la gestión y un nivel significativo de inversión. La externalización, por su parte, permite reducir costes, controlar inversiones imprevistas en el área de Tecnologías de la Información y destinar recursos internos a otras actividades, pero requiere también de un gran esfuerzo para afrontar la transición hacia un nuevo modelo operativo”, añade el estudio.