El futuro ya está aquí. Ahora depende de nosotros aprovecharlo

  • Opinión

SAP - Manos Raptopoulos, presidente de la región de EMEA Sur

30 de noviembre de 2022. Una fecha que pasará a la historia. No es sólo el día en que se presentó oficialmente ChatGPT. Es el día en que la inteligencia artificial (IA) se convirtió en una tendencia dominante, y el mundo no ha parado de hablar de ella desde entonces.

Tribuna de opinión de Manos Raptopoulos, presidente de la región de EMEA Sur, SAP

La IA generativa ha dominado los ciclos informativos, ha generado gran revuelo y ha creado más expectación que cualquier otra tecnología de la que se tenga memoria.

La gran pregunta de los clientes

Últimamente, una gran mayoría de los clientes con los que me reúno me preguntan sobre las implicaciones para sus negociosderivadas del auge de la IA. ¿Cómo pueden utilizar la IA para mejorar su productividad y la toma de decisiones?, ¿qué pueden automatizar para ahorrar costes?, ¿cuál será el impacto en la mano de obra del futuro? ¿cuáles son las cuestiones morales y éticas en torno a la IA?

Nina Schick, una de las mayores expertas en IA del mundo, destaca por su profundo conocimiento sobre el impacto potencial de la IA en nuestras empresas y en nuestras vidas. Su formación en geopolítica le ha permitido ser testigo de la creciente influencia de la tecnología a nivel mundial. Por eso, cuando descubrió la IA generativa en 2017, supo que cambiaría las reglas del juego y fundó una empresa de asesoramiento sobre la misma. Tuve la suerte de poder reunirme con ella a principios de este año.

Su opinión es sencilla: la IA generativa cambiará el futuro. ChatGPT es sólo el principio. Los resultados irán mejorando y supondrá un cambio para todas las empresas del mundo. Pero es importante darse cuenta de que no se trata sólo de mejorar la eficiencia dentro de la empresa. También cambiará de manera sustancial mercados laborales y economías enteras, lo que plantea cuestiones filosóficas mucho más importantes acerca de cómo utilizamos la IA.

Lo interesante es que la IA en sí no es algo nuevo. Con distintos niveles de sofisticación, lleva años incorporándose a los sistemas que forman parte de nuestra vida cotidiana. Desde la asistencia sanitaria hasta los coches autónomos, desde las inversiones financieras hasta el marketing y desde los asistentes inteligentes hasta los robots de fabricación, la IA integrada automatiza, ahorra recursos, realiza predicciones y permite desarrollar y poner en marcha nuevos modelos de negocio.

La IA generativa cambia las reglas del juego

Sin embargo, la IA generativa cambia las reglas del juego. A diferencia de las anteriores formas "convencionales", orientadas sobre todo a etiquetar o categorizar datos, la IA generativa consiste en generar o crear nuevos datos en prácticamente cualquier formato digital. Y aunque apenas nos hemos sumergido en lo que puede hacer, lo que está claro es que tiene el potencial de remodelar la sociedad y los negocios de formas que apenas estamos empezando a comprender. De hecho, Schick predice que en 2030 más del 90% de los contenidos online serán "creados" por la IA.

El temor es que, si no se controla, la IA pueda convertirse en una herramienta para prácticas dudosas como las falsificaciones. O que acabe creando una brecha económica y digital aún mayor entre los mercados desarrollados y los emergentes. Por eso es fundamental que pongamos límites. Los reguladores ya están prestando atención a la IA, y la UE está preparando un marco normativo sobre la IA que obliga a quienes la utilizan -que seremos todos- a hacerlo de forma fiable, responsable y ética.

Es interesante ver cómo han respondido las grandes empresas tecnológicas a la IA generativa en los últimos seis meses. La mayoría están trabajando en proyectos de IA de algún modo. De repente, Microsoft invirtió 10.000 millones de dólares en OpenAI e introdujo ChatGPT en su sistema operativo y su motor de búsqueda. El propio Google se ha reorientado estratégicamente, potenciando sus capacidades de investigación en IA y construyendo sus propios chatbots.

Por su parte, SAP está colaborando con Microsoft e IBM entre otros en una serie de ofertas conjuntas de IA generativa para ayudar a resolver los principales retos empresariales de los clientes. También ha anunciado recientemente inversiones en tres nuevas empresas de IA: Aleph Alpha, Anthropic y Cohere.

Prácticamente todas las empresas tecnológicas están publicando modelos en código abierto con la intención de incrementar su influencia a largo plazo una vez que dichos modelos se conviertan en una parte fundamental de todo el ecosistema. Se trata de empresas que mueven los mercados y que compiten por hacerse con una parte del mercado de datos empresariales.

La pregunta que se hacen cada vez más las empresas es cómo pueden tener un producto similar a ChatGPT en su organización, entrenado con sus propios datos para sus propios casos de uso. Pensemos en atención al cliente, ventas, marketing: todo puede tener alguna capa de automatización. El número de casos de uso que están surgiendo es sencillamente asombroso.

Y no se trata sólo de ingenieros altamente cualificados que utilizan la IA generativa para acelerar el diseño de componentes aeronáuticos.  Son empresas que utilizan sus propios datos para escribir descripciones de productos con su estilo de marca o crear textos SEO, o compañías de biotecnología que hacen posible el descubrimiento de nuevos fármacos. Se trata, por tanto, de cualquier empresa capaz de utilizar datos estructurados y no estructurados en un modelo generativo que puede extraer información para usted. El impacto es profundo.

Por supuesto, las grandes preguntas se mantienen:¿La IA me va a mejorar o automatizar? Hará ambas cosas. ¿Llegarán las máquinas a ser tan inteligentes que tomen el control y perdamos la capacidad de actuar? Hipotéticamente es posible, dice Schick. Pero no es realista. Y al centrarnos en ese relato, nos olvidamos de que tenemos capacidad de decisión. Podemos decidir cómo se integran estas tecnologías en nuestras empresas y en la sociedad.

"No soy pesimista. Porque creo que lo más importante es el cambio. Y creo que la historia de nuestra vida es que vamos a experimentar más cambios impulsados por la tecnología que toda la humanidad que nos precedió. Así que, en última instancia, esta no es una historia sobre tecnología. Es una historia sobre la humanidad", señala Shick.

Y eso es algo que todos deberíamos empezar a aceptar.