Las brechas de datos en el sector financiero son hoy el triple que hace dos años

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Se han convertido en un auténtico azote para las compañías financieras que ven que su número en 2018 casi se ha triplicado si se compara con las brechas registradas en 2016, según un informe que acaba de hacer público Bitglass.

Según este informe, 2018 está siendo mucho más peligroso que 2016, el último año en el que Bitglass publicó datos sobre el tema. En el estudio de este año se recogen casi tres veces más infracciones que en el de hace dos años y esto se debe en gran parte al crecimiento explosivo de la piratería y el malware en todo el mundo. Es innegable que durante este año estas amenazas han puesto sus miras en las empresas de servicios financieros, según el documento.

En datos cuantificables, el trabajo del especialista en seguridad confirma que, de enero a agosto de 2018, las empresas de servicios financieros sufrieron casi tres veces más brechas de datos que en el mismo periodo de 2016: el informe recoge 103 infracciones frente a las 37 registradas hace dos años.

La piratería y el malware fueron responsables de casi el 75% de las brechas de datos en 2018. Esto supone un gran incremento respecto a años anteriores, cuando estos factores provocaron el 20% de las infracciones, por detrás de la pérdida o el robo de dispositivos, que causaron el 25% de las brechas.

 

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Las tres mayores brechas en el sector de los servicios financieros en 2018 expusieron más registros que el conjunto de todas las infracciones recogidas en el informe de hace dos años. En concreto, fueron SunTrust Banks (1,5 millones de registros expuestos), Guaranteed Rate (188.000 registros expuestos) y RBC Royal Bank (66.000 registros expuestos). En 2016, se expusieron un total de 64.512 registros. “Esto sugiere que las brechas no son solo cada vez más frecuentes, sino que su tamaño también está aumentando”, dice Bitglass.

Las amenazas más relevantes hoy son, a juicio de sus expertos, el cryptojacking o uso no autorizado de recursos en la nube para minar criptomonedas, las plataformas de malware como servicio, los troyanos bancarios modulares como Emotet, y el ransomware como WannaCry.