El 14% de la fuerza laboral mundial necesitará transformar sus capacidades para 2030

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¿Sabías que una jornada laboral de 1970 se completaría hoy en una hora y media? Este dato procede de un estudio de Adecco Group Institute, que achaca este avance en productividad a la tecnología y es la base para afirmar que, lejos de ser un freno para el empleo, tecnologías como la inteligencia artificial traerán ventajas en los próximos diez años. Eso sí, gran parte de la población necesitará evolucionar sus competencias.

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En una década, tareas de aportan poco valor añadido podrían verse reducidas podrían hacerse en mucho menos tiempo  que este nuevo estudio del centro de estudios y divulgación del Grupo Adecco, cuantifica en un 20%, lo que equivaldría a ocho horas semanales o una jornada completa de un trabajador.

Según este estudio, una de las principales ventajas de la tecnología de es la “rehumanización del tiempo”, que permitirá a las personas encontrar un mejor equilibrio entre la vida personal y profesional. “En el futuro, las tecnologías se encargarán de las tareas rutinarias que entorpecen actualmente el trabajo de los profesionales”, asegura.

Los expertos en RRHH consideran que la tecnología, y concretamente la inteligencia artificial, no va a suponer destrucción de empleo, aunque lo que ocurrirá, en su opinión, es que la eliminación de puestos se verá compensada por la creación de nuevas posiciones. De hecho, el 74% creen que no supondrá peligro alguno y un 72% opina que las tecnologías mejorarán las condiciones de vida de los empleados.

Eso sí, junto a esa rehumanización del tiempo, 375 millones de personas, un 14% de la fuerza laboral mundial, necesitarán transformar sus capacidades para 2030. En esta coyuntura, el reciclaje profesional, la formación continua y la reimaginación son esenciales para que la automatización no derive en la destrucción de los puestos de trabajo.

Otra de las claves para que la tecnología no se convierta en una amenaza para el empleo reside en potenciar las ‘soft skills’ o habilidades blandas, como el liderazgo, la empatía o la creatividad.