Seis de cada diez CIO tienen más influencia hoy que antes de la pandemia

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La influencia de los CIOs en las compañías ha aumentado por el impacto del coronavirus, según el "CIO Survey 2020" que acaba de publicar KPMG. Así lo perciben más del 60% de los responsables de TI encuestados por la firma en 83 países.

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La crisis ha dado lugar a un CIO más empoderado en sus organizaciones, ya que la mayoría ha visto cómo su influencia ahora es mayor. Así lo ha constatado KPMG en su última edición del “CIO Survey 2020”, que recoge las opiniones de 4.291 responsables de tecnología del mundo.

Tras la irrupción del coronavirus, siete de cada diez organizaciones han incrementado y mejorado la colaboración entre las áreas de tecnología y de negocio, y los responsables de IT perciben que ahora tienen más influencia:  en concreto, lo piensan más del 60% de los encuestados.

Los responsables de tecnología o CIOs se han visto sometidos a la presión y la urgencia de ofrecer soluciones inmediatas en un escenario inédito y excepcional. Al principio, con la selección de las herramientas adecuadas para mantener las operaciones de las empresas; y después, iniciando o dando continuidad a procesos de digitalización para adaptarse al momento actual.

Esta respuesta a la urgencia de sus compañías, ha convertido al CIO un partner de referencia dentro de la estrategia corporativa y un ‘influencer’ en el comité de dirección, “no solo a nivel tecnológico, sino como un facilitador en cualquier iniciativa de transformación dentro de esta nueva normalidad”, explica Fernando Echevarría, socio responsable de Tecnología en el área de Consultoría de KPMG España.

El informe subraya que era una tendencia que ya se estaba produciendo y que se ha consolidado en los últimos meses, en los que se han acelerado las transiciones digitales.

En toda esta evolución, ha habido que lidiar con diferentes retos, uno de los más marcados el de la ciberseguridad. Un 41% de las organizaciones reconoce que el trabajo en remoto de estos meses ha expuesto más a los empleados y ha supuesto un incrementado de los ciberataques, principalmente de phishing y malware. Al respecto, según Echevarría, “será fundamental trabajar la creatividad para desarrollar iniciativas (como pilotos pequeños en modalidad agile) con unos presupuestos cada vez más reducidos y, por supuesto, definir una estrategia de ciberseguridad con la que minimizar los riesgos y reducir los tiempos de respuesta ante los ataques”.

El 47% de los participantes en este estudio afirma haber realizado ya alguna inversión en seguridad y privacidad, pero la poca experiencia in-house deja al descubierto un amplio margen de mejora. La relevancia de esta cuestión es tal por primera vez desde que se elabora en las 22 ediciones de la encuesta, la experiencia y conocimientos en ciberseguridad ha pasado a ser el conjunto de capacidades más demandado entre estos profesionales (35%), especialmente en el ámbito de la seguridad en la nube y de los datos, por delante de otras habilidades tecnológicas como la gestión organizacional (27%), la arquitectura empresarial (23%) y la arquitectura técnica y análisis avanzado, ambas en un 22%.

Sin carencias de talento relevantes
En cambio, a nivel general, a diferencia de la crisis de 2008, el análisis de la firma muestra que no ha habido carencia relevante de talento durante la pandemia. Solo un 12% de las organizaciones han sufrido algún tipo de limitación de perfiles dentro del equipo de tecnología que haya provocado una ralentización en el impulso para el cambio y resiliencia de la organización frente al coronavirus, e instrumentos como la flexibilidad laboral o el outsourcing han minimizado el impacto.

Según el experto de KPMG, “en esta nueva realidad, los responsables de IT están abriendo los ojos en tres aspectos. Primero, en la importancia de establecer relaciones con empresas de servicios de alta capacidad (proveedores de referencia) que les permitan flexibilizar perfiles y adecuar necesidades según el momento. Por otro lado, están entendiendo el potencial de disponer de un pool de talento sin una localización física concreta (el teletrabajo lo permite) y su orientación a resultados. Y, en tercer lugar, han tomado consciencia de la necesidad de reposicionar el área de IT en la organización, para que no sea considerada como un mero instrumento de soporte interno”.