La guerra de Ucrania enturbia las perspectivas económicas

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El 52,2% de los expertos y directivos consultados por PwC en su último “Consenso Económico y Empresarial” se muestran muy preocupados por los efectos de la invasión de Ucrania en la economía, la política y la seguridad, El 43,5% la consideran como la mayor amenaza al crecimiento de la economía mundial.

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La guerra en Ucrania podría acabar en los próximos meses, aunque con la partición del país y con cesiones territoriales a Rusia. Este es el escenario más probable por el que se inclinan los expertos y directivos del Consenso Económico y Empresarial de PwC, correspondiente al segundo trimestre del año. El informe, que se realiza a partir de la opinión de un panel de 450 expertos, empresarios y directivos, está dedicado, en su última edición a “La economía y las empresas, después de la guerra de Ucrania”.

Los encuestados confían en que la guerra en Europa acabe en los próximos meses con una partición de Ucrania, la cesión a Rusia del territorio del Dombás, y con un acercamiento de Ucrania a la UE y a la OTAN. Esta es la principal hipótesis para el 40,3% de los encuestados. No obstante, existe un 28,1%, que estima que el conflicto se volverá permanente, durará varios años, y se acabará convirtiendo en una larga guerra de desgaste en la que Occidente seguirá apoyando militar y económicamente a Ucrania. El escenario que prácticamente nadie contempla es que Ucrania logre expulsar a las tropas rusas sin ceder territorio.

En lo que sí hay una postura común es acerca de un posible levantamiento de las sanciones económicas, comerciales y financieras a Rusia que, según el 68,4% de los entrevistados, se podrían quitar de forma gradual, pero siempre como parte de un acuerdo que ponga final a la invasión rusa.

Más de la mitad de los participantes se muestran muy preocupados por los efectos económicos, políticos de la invasión, y su impacto en la seguridad. El 43,5% la consideran como la mayor amenaza al crecimiento de la economía mundial, por delante de la subida de los tipos de interés en Estados Unidos y Europa que, no obstante, es el otro gran factor que inquieta a los panelistas. La desaceleración del crecimiento de la economía China, por el contrario, no parece estar todavía entre las principales preocupaciones de los panelistas.

La economía española
Respecto a la economía española, los encuestados se dividen entre los que piensan que la guerra hará que crezcamos mucho menos de los previsto, pero el PIB seguirá aumentando (39,1%). Y los que estiman que su impacto será muy relevante, hasta el punto de que acabará produciendo una recesión a finales de 2022 o en 2023 (31,3%). Cuando se les pregunta si piensan que el actual contexto económico y político lleva a la actividad en España a la estanflación, un amplio 63,5% cree que todavía es pronto para saberlo.

El incremento de los precios de la energía es señalado por el 50,4% como el impacto más importante del conflicto bélico para España. Le sigue la incertidumbre que genera la situación y el aumento del precio de los alimentos. Precisamente, sobre la estrategia energética de Europa los expertos, directivos y empresarios (74,8%) apuestan por diseñar un plan, a medio plazo, para que la UE se desenganche de los hidrocarburos rusos gradualmente.

Perspectivas económicas más pesimistas
Los expertos señalan una mejoría de la economía española en los últimos meses respecto a inicio del año y apuntan a que esta se mantendrá, aproximadamente, hasta el final del verano. Crece en doce puntos -del 18,1% al 30,4%- respecto al primer trimestre, el porcentaje de los panelistas que califican como bueno el momento coyuntural de la economía española, y se mantienen en torno al 50%, los que lo consideran regular. Una opinión que se prolonga para los meses de julio, agosto y septiembre, seguramente por las buenas expectativas de la temporada turística, pero que empieza a quebrarse a partir de entonces.

Cuando se les pregunta a los expertos y directivos sobre su opinión sobre la evolución de la actividad en España a un año vista, el parecer mayoritario se sitúa en posiciones más pesimistas: aumentan en cerca de veinte puntos -hasta el 49%- los que consideran que dentro de doce meses la economía irá a peor. Todo este sentir se concreta en una rebaja de cuatro décimas de las previsiones de los panelistas sobre el crecimiento de producto interior bruto español para 2022 -del 4,3% al 4%-, y de prácticamente un punto para 2023:  del 3,9% al 3%.

El pesimismo se fundamenta, según explica PwC, en un empeoramiento de la situación financiera de las familias y en una caída, en los próximos seis meses, tanto del consumo como de la demanda de vivienda, según el 43,5% y el 39,1% de los encuestados, respectivamente. 

Las empresas, por su parte, parecen que van a aguantar mejor la situación, ya que los más de la mitad de los panelistas esperan que la inversión productiva y las exportaciones de las empresas, así como la creación de empleo, se mantengan estables.

Inflación y subida de tipos
La opinión de los integrantes del Consenso Económico sobre la evolución de la inflación muestra el deterioro progresivo de las expectativas desde principios de año: esperan que se sitúe en el 6,6% en 2022 y en el 4,3% en junio de 2023.  (El dato adelantado conocido esta semana y correspondiente al mes de junio, ha situado al crecimiento de los precios en el 10,2% y a la inflación subyacente en el 5,5%). De hecho, el 63,4% de los panelistas afirman que sus empresas o las de su sector de actividad van a seguir aplicando una política de aumento de precios en los próximos meses como consecuencia del incremento de otros costes, más allá de los salariales.

En relación con la evolución de los tipos de interés, la mayoría se muestra muy preocupada por el cambio de la política monetaria del BCE y por su impacto en el crecimiento pero, a la hora de cuantificar el incremento del precio del dinero, los encuestados esperan que estos aumentos sean relativamente suaves y que los tipos se sitúen en el 0,5% a finales de año y entre el 1% y el 1,5% en junio de 2023.