La actividad emprendedora española regresa a niveles previos a la pandemia

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El último Global Entrepeneurship Monitor (GEM) muestra un buen diagnóstico del emprendimiento en nuestro país, al constatar que la actividad emprendedora reciente (TEA) ha vuelto a los niveles previos de la pandemia, con una mayor participación de mujeres e iniciativas más digitalizadas e innovadoras.

El estudio GEM España 2022-2023, realizado con el apoyo de ENISA y presentado en colaboración con el Observatorio MAPFRE de Finanzas Sostenibles, confirma que el emprendimiento en España goza de buena salud y que ha conseguido situarse en los niveles previos a la pandemia, si bien "las motivaciones para emprender en España “siguen siendo poco ambiciosas y se han visto afectadas negativamente por los años de pandemia”, según destacó Nuria Calvo Babío, directora técnica del proyecto GEM.

El estudio también resalta que mujeres y hombres, sin importar si su nivel de ingresos es bajo o alto, se lanzan a emprender por igual. “Eso sí, la edad es un factor que ha variado, ya que emprenden personas con más edad y cualificación”, recalcó Calvo. Algo que, de no cambiar, nos pondrá en seria desventaja. “Si no crece en el futuro el número de emprendedores y emprendedoras jóvenes, seguiremos manteniendo un perfil de emprendimiento envejecido y, por lo tanto, gozaremos de menos recorrido temporal que los países de referencia”, añadió.

El informe muestra dos escenarios. El primero señala que en 2022 el 6 % de la población española adulta estaba arrancando un nuevo proyecto de negocio de menos de tres años y medio de vida (un porcentaje similar al de 2019) antes de la crisis sanitaria y la invasión de Ucrania. El segundo apunta que el porcentaje de quienes tienen intención de emprender en los próximos tres años, un 9,4%, es el más alto desde 2012. “Esto confirma un crecimiento de la actividad emprendedora similar al vivido tras la crisis financiera de 2008”, subrayó José Bayón, CEO de ENISA.

Sin embargo, en comparación con los 48 países evaluados, España se posiciona entre aquellos en los que se perciben peores condiciones de entorno para emprender, aunque mantiene un nivel medio de innovación, un posicionamiento similar al de Italia. El equipo experto del panel nacional del GEM valora, al mismo nivel que sus homólogos europeos, la existencia y acceso a las infraestructuras físicas y de servicios, así como la educación emprendedora, condiciones que se destacan como las que más favorecen la actividad emprendedora en este país.

En este sentido, Ana Fernández Laviada, presidenta del Observatorio del Emprendimiento de España, señaló que "la actividad emprendedora en España es menor, pero más resistente que la de otros países, con las tasas de cierre más bajas de su grupo de países de referencia. Aunque sigue a la cola de sus países de referencia (países con ingresos altos) en la tasa de emprendimiento reciente (TEA), el porcentaje de cierres de empresas en España es el más bajo de su grupo, consolidando a este país como un entorno favorable para la supervivencia de las iniciativas emprendedoras”.

Las mayores tasas de emprendimiento se producen en los niveles educativos superiores. En 2022, el 11% de las personas con estudios universitarios afirmó que está pensando en emprender en los próximos tres años; un 9% lo está haciendo y otro 9% está a cargo de empresas consolidadas de más de tres años y medio de vida. Además, entre quienes han superado un máster o un doctorado, el porcentaje de emprendedoras es sensiblemente superior al de los hombres, especialmente en la etapa de emprendimiento reciente (TEA). Esto, a juicio de los autores del informe, es un claro indicador de la vocación emprendedora de las mujeres de alta cualificación educativa en España. La percepción de tener conocimientos específicos para emprender también aumenta entre los emprendedores respecto al año anterior, reflejo del esfuerzo que han hecho las instituciones educativas de este país para ofrecer programas específicos de formación en emprendimiento en los últimos años.

Otra conclusión del informe es que sube el nivel tecnológico de la actividad emprendedora. En los últimos tres años ha ido creciendo el nivel tecnológico de las iniciativas emprendedoras recientes (TEA) y consolidadas. Una de cada diez iniciativas emprendedoras se califica como de nivel tecnológico medio o alto, un porcentaje que se duplica si quienes emprenden tienen un nivel educativo universitario o superior. En 2022 el sector de servicios a empresas (B2B) se consolidó como nicho de iniciativas emprendedoras de nivel tecnológico medio-alto.

Asimismo, la digitalización de los procesos comerciales varía a lo largo del proceso emprendedor. La planificación y capacidad de reacción también cambia en función de la edad y el nivel educativo de los emprendedores. La planificación de la comercialización digital desde antes de la pandemia ha sido más habitual entre las iniciativas emprendedoras consolidadas, especialmente en el sector de servicios a empresas y liderada por emprendedores con mayor nivel educativo y más edad. La adopción y mejora de tecnologías digitales, como consecuencia de la pandemia, ha sido mayor entre las iniciativas recientes lideradas por emprendimiento más joven. La juventud es más proclive a reaccionar ante situaciones imprevistas, pero el emprendimiento sénior es más proclive a planificar con antelación.