Bruselas recomienda evaluaciones de riesgos en cuatro áreas tecnológicas críticas

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La Comisión Europea ha adoptado una nueva Recomendación para que los países miembros lleven a cabo evaluaciones de riesgos en áreas tecnológicas que considera críticas. De la lista, hay cuatro, semiconductores avanzados, inteligencia artificial, informática cuántica y biotecnologías, en las que deberán realizarse las evaluaciones antes de final de año.

A partir de la Comunicación conjunta sobre una estrategia europea de seguridad económica realizada en junio de este mismo año, ahora la Comisión Europea ha adoptado una Recomendación sobre áreas tecnológicas críticas para garantizar esa seguridad.

La Recomendación incluye una lista de diez áreas, seleccionadas en función de criterios como el potencial de las tecnologías para generar eficiencia y provocar cambios radicales; el riesgo de fusión civil y militar y el riesgo de que pueda emplearse para vulnerar derechos humanos.

De todas las tecnologías englobadas, el documento de la Comisión identifica cuatro áreas que son las que presentan riesgos más sensibles e inmediatos con la seguridad y la fuga de tecnología. Son las tecnologías de semiconductores avanzados (microelectrónica, fotónica, chips de alta frecuencia, equipos de fabricación de semiconductores); las de inteligencia artificial (computación de alto rendimiento, computación en la nube y de borde, análisis de datos, visión por computadora, procesamiento del lenguaje, reconocimiento de objetos); las cuánticas (computación cuántica, criptografía cuántica, comunicaciones cuánticas, detección cuántica y radar) y, finalmente, las biotecnologías (técnicas de modificación genética, nuevas técnicas genómicas, ‘genedrive’, biología sintética).

Junto con la Comisión, los Estados miembros, tendrían que realizar inicialmente evaluaciones de riesgos colectivas de estas cuatro áreas antes de finales de este año. Además, el documento incluye algunos principios rectores para estructurar las evaluaciones colectivas de riesgos, que incluyen la consulta al sector privado y la protección de la confidencialidad.

No descarta el organismo comunitario proponer nuevas evaluaciones colectivas para otras áreas.