Las ventas online podrían caer hasta un 50% en 2020: ¿por qué?

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Un estudio de Minsait advierte que no es momento para celebrar los avances que el comercio electrónico haya podido realizar en el ámbito económico en un momento de crisis generalizada. Compramos más online, así que cabe preguntarse por qué: la razón, según la firma, es que, pese al repunte de algunos sectores, en el conjunto del año, las ventas registrarán una importante caída por el cierre de actividad en mercados que hasta ahora lideraban las ventas online, como alojamientos, viajes o grandes eventos.

 

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La crisis generada por la emergencia sanitaria mundial,  que ha llevado al confinamiento de la población,  ha disparado el comercio electrónico en los sectores de la alimentación, la belleza, la formación o el deporte, mientras que grandes mercados como el turismo o la cultura, que lideraban las operaciones en red, se han desplomado ante el cierre de su actividad. La situación podría hacer pensar que 2020 podría ser un gran año para el comercio digital, pero un estudio de Minsait indica que no será así.

Según advierte, no es momento para celebrar los avances que el comercio electrónico haya podido realizar en el ámbito económico en un momento de crisis generalizada, “más bien todo lo contrario”. Hasta la llegada del virus, las ventas online de productos y servicios no habían parado de crecer de forma sostenible en Europa, y de forma más contundente en España, con crecimientos interanuales del 25% y grandes perspectivas de futuro. En el escenario post COVID-19, sin embargo, Minsait pronostica que habrá un descenso del 30 al 50% en las ventas online a lo largo del año. 

La coyuntura actual no sólo ha cortado la tendencia de crecimiento sino que lo ha hecho en aquellos sectores que, hasta ahora, eran los que más transacciones económicas suscitaban en la red, como son las agencias de viaje y operadores turísticos; los hoteles y alojamientos; y el transporte de viajeros. Esta afectación, además, también se ha dado en otros negocios que lideraban el comercio electrónico, siendo ese el caso del retail tradicional (ropa, decoración, complementos…); o la cultura, con un descenso más que evidente en la compra de entradas ante la ausencia de espectáculos y la suspensión de grandes eventos.

Para Minsait, algunas de las causas que han influido y lo seguirán haciendo, al menos en los próximos meses, en la caída que han tenido las ventas online dentro de estos sectores son evidentes, como puede ser la disminución en la capacidad de consumo, el distanciamiento social, o las limitaciones en viajes y desplazamientos.

A ello se suman, de acuerdo con sus expertos, otras variables que conviene tener en cuenta y sobre las que poner especial atención, ya que pueden no ser coyunturales y afectar a los hábitos en un futuro más a largo plazo, como la creación de fórmulas alternativas de entretenimiento (por la imposibilidad de una cultura de masas) y el surgimiento de una nueva filosofía de responsabilidad y sostenibilidad ante las decisiones de consumo que hasta el momento marcaban el día a día.

Escenario post-Covid
A partir de aquí, mantiene Minsait, habrá que ver cómo van evolucionando los distintos negocios, aunque es obvio que el escenario del comercio electrónico ha cambiado diametralmente y es difícil que vuelva a ser como lo era antes de la pandemia. Si algo ha consolidado esta, defiende la compañía, es la venta digital, que ha madurado y se ha consolidado globalmente entre los consumidores, alumbrando nuevos escenarios de oportunidad para el futuro. 

Sectores como el de la formación, el teletrabajo o las nuevas fórmulas de colaboración han estandarizado otros modelos de comportamiento, pero también han revelado oportunidades de mejora que deberán ser cubiertas en el medio plazo.  También se han consolidado nuevos canales de venta online en los comercios de proximidad, que han sido claves durante el confinamiento, y se han ampliado los intereses hacia el consumo responsable, o la colaboración y ayuda hacia los sectores más castigados por los efectos del coronavirus, lo que apunta hacia fórmulas de interrelación que obligarán a cambiar los modelos de negocio y facilitarán un comercio electrónico más generalizado, pero también más orientado a la sostenibilidad y la eficiencia.