Los empleados de Google exigen la cancelación de Dragonfly, la versión china del buscador

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Los empleados de Google cada vez son más sociales. Y para muestra un botón. Estos acaban de firmar una carta en la que instan a la empresa a cancelar el proyecto Dragonfly, la versión china de su buscador que, en su opinión, permitirá a Pekín incrementar la vigilancia sobre sus ciudadanos.

Los empleados de Google vuelven a unirse para intentar parar proyectos que, para ellos, no son éticos. Si en junio, estos lograron persuadir a Google para que no renovara un contrato para suministrar herramientas de Inteligencia Artificial al Pentágono las cuales analizaban imágenes de aviones no tripulados, y este mismo mes salieron a la calle para manifestarse contra la política de acoso sexual, ahora se han unido para intentar frenar el proyecto Dragonfly, en virtud del cual se creará un motor de búsqueda a medida que permitirá al Gobierno de China practicar lo que se ha denominado “vigilancia estatal”.

En la carta, que recoge la CNBC, estos se unen a Amnistía Internacional y a otras “organizaciones internacionales de derechos humanos” para denunciar que este tipo de proyectos pueden atentar contra la libertad de los ciudadanos.

Las protestas no son de ahora, sino que “llevamos alzando nuestra voz durante meses”, y, por el momento, la respuesta de Google “ha sido insatisfactoria”. Los empleados de Google han querido dejar claro que sus protestas no tienen nada que ver con China, sino que “nos oponemos” al desarrollo de tecnología “que ayudan a los poderosos a oprimir a los vulnerables, dondequiera que estén”.

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Pero, en el caso concreto del Proyecto Dragonfly su aplicación en China “sentaría un peligroso precedente en un momento político inestable”, lo que provocaría que Google “tuviera que hacer concesiones similares a otros países”. La decisión de Google de seguir adelante con el Proyecto Dragonfly se produce en un momento en el que China “está ampliando abiertamente sus poderes de vigilancia y sus herramientas de control de la población”. Los empleados, además, recuerdan que muchas de estas herramientas están basadas en “tecnologías avanzadas que combinan la actividad online, los registros personales y el monitoreo masivo para rastrear y categorizar a los ciudadanos”.

En su opinión, “proporciona al Gobierno chino un acceso rápido a los datos de los usuarios” lo que convertiría a Google en “cómplice de la opresión y de los abusos de los derechos humanos”.

Asimismo, en su opinión, este proyecto “también permitirá la censura y la desinformación y desestabilizaría la verdad fundamental en la que se basa la deliberación popular y la disidencia”.

Los empleados de Google finalizan asegurando que a la hora de unirse a la compañía tuvieron muy en cuenta los valores de la firma y muestran su desencanto con el hecho de que Google no ofrezca mayor transparencia. “Google es demasiado poderoso para no ser responsable. Merecemos saber qué estamos desarrollando y tener una voz más fuerte en estas decisiones importantes”.