El dilema de los datos tras el no al acuerdo del Brexit

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La negativa del Parlamento del Reino Unido al acuerdo sobre el Brexit abre varias alternativas a la salida del Reino Unido de la Unión Europea, entre ellas un Brexit duro. Esto provocaría que las empresas tuvieran que prepararse para el fin de la transferencia de datos.

El pasado martes el Parlamento del Reino Unido votó en contra del acuerdo alcanzado entre el Gobierno de Theresa May y la Unión Europea. Con la negativa se abren varias alternativas que van desde la celebración de un segundo referéndum hasta un Brexit duro y con ellas muchos se preguntan qué va a pasar con cuestiones como la transmisión de datos entre Gran Bretaña y la Unión.

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La BBC recoge las advertencias realizadas por la Direct Marketing Association (DMA) que representa a la mayoría de las compañías que basan su negocio en los datos. La organización asegura que cualquier compañía que transfiera datos entre el Reino Unido y cualquier país miembro de la UE tiene que estar alerta ante la posibilidad de que GDPR deje de aplicarse en el Reino Unido.

En su opinión, para que la libre transmisión de datos continúe, la UE tendría que brindar un acuerdo similar al que ya tiene con 12 países que no pertenecientes a la Unión, algo que “no está claro que suceda” a corto plazo. Esto provocaría una situación de incertidumbre que “potencialmente podría detener los flujos de datos entre la UE y el Reino Unido”.

Esto afectaría a todo tipo de empresas, desde las grandes compañías de procesamiento de datos británicas que cuenta con clientes e, incluso, con un centro de datos en la UE, las cuales podrían encontrarse con que no podrían mover los datos perdiendo el control de los mismos, hasta las pequeñas empresas de comercio electrónico que para continuar con sus negocios tendrían que necesitar una cláusula contractual estándar aprobada por la UE.

El dilema sobre qué va a pasar con la transferencia de datos ha llevado a empresas británicas grandes a trasladar sus centros de datos a otros países de la Unión Europea. La DMA asegura que las compañías de mayor tamaño están preparadas ante la posibilidad de que se produzca un Brexit duro, algo que para las más pequeñas es más complicado. “No queremos ser alarmistas, la transferencia de datos continuará, pero a un coste mayor”.  No obstante, alerta que la incertidumbre “y el mayor coste” podría reducir la inversión. “Las empresas podrían optar por hacer menos negocios aquí”.

Prepararse para un Brexit duro “requiere identificar las transferencias de datos actuales y futuras entre la UE y el Reino Unido y asegurare de que las empresas británicas se convierten en importadores seguros de datos en los acuerdos de transferencia”, se destaca desde Hogan Lovells. “Un Brexit sin acuerdo implica mayor burocracia, no menos”.