¿En qué ha cambiado la fuerza laboral tras la irrupción del coronavirus y qué deben hacer las empresas?

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Un estudio de HP ha analizado el impacto en las organizaciones y la fuerza laboral del coronavirus y uno de efectos más palpables a nivel laboral laboral, el trabajo en remoto. De la situación vivida salen trabajadores empoderados que quieren más formación y flexibilidad y nuevos retos para las empresas, que deben estar a la altura y abordar con garantías la evolución digital.

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Un informe de HP realizado en España, Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia e Italia pone de relieve que la digitalización exprés y la adopción generalizada del trabajo en remoto a raíz del confinamiento, han sido una oportunidad para que los profesionales tomen el control de sus carreras, y que han provocado una preocupación creciente entre los profesionales por mantener una formación continuada que les permita tener éxito en la nueva normalidad. Hoy en día, el 71% de los profesionales españoles creen que es el momento de formarse para competir mejor, desarrollar su marca personal, y estar mejor preparados para afrontar los retos que propone el nuevo entorno laboral. Entre los motivos de este cambio de mentalidad se encuentran la inestabilidad laboral y las nuevas formas de trabajar que ha traído consigo esta situación de pandemia y que se han instalado de forma generalizada en las empresas.

Además, el 67 % de los españoles señala que esta formación debe ser continuada y se sienten muy activos y motivados en adquirir nuevas habilidades, tanto digitales como las denominadas “soft skills”. Entre las más demandadas, destacan el conocimiento técnico, la autonomía digital y la programación informática.

Desde el punto de vista de las empresas, el estudio de HP revela que los responsables de las organizaciones han apoyado a sus profesionales a la hora de abrazar la fórmula del teletrabajo, pero no han sido capaces de proporcionarles el equipamiento y soporte necesario para migrar a esta nueva forma de trabajar. En el caso de España, el estudio pone de manifiesto que el 71% de los trabajadores se siente ahora mejor equipado para realizar bien sus funciones tras el cambio en las formas trabajo, si bien es cierto que muchos de ellos afirman no haber recibido ningún recurso que facilitara la transición al trabajo en remoto de hecho, dos de cada tres empleados en todo el mundo tuvieron que comprar o actualizar los dispositivos de su hogar (el 24% de los europeos adquirieron un portátil mientras que el 21% compró una impresora). Con este escenario, no es de extrañar que, en la actualidad, uno de cada tres encuestados señale que el hecho de que la empresa facilite el acceso a las últimas tecnologías necesarias para hacer su trabajo es una motivación más importante que cuando entró en la compañía.

En relación con la ayuda que han ofrecido las empresas a su plantilla para adaptarse a esta nueva realidad laboral, el estudio evidencia también que solo un 15% de las compañías europeas han dado pautas de seguridad a sus profesionales para trabajar fuera de la oficina, y que apenas un 12% de las empresas europeas han sugerido prácticas sostenibles.  

Respecto al nivel de digitalización de las compañías para preparar a sus profesionales a trabajar en remoto, el estudio subraya que es insuficiente. Prueba de ello, es que el 35% de los profesionales en España señala que su empresa no está lista para acometer el cambio a digital, y no tiene activos los canales de comunicación digital, y que esta falta de preparación influye en el ánimo, la calidad del trabajo y la lealtad del empleado. De hecho, uno de cada tres profesionales en Europa siente que es menos productivo cuando no comparte espacio en la oficina y que está completamente desconectado de la cultura empresarial cuando trabaja desde casa. En este sentido, el reto que tiene por delante el tejido empresarial es crear entornos donde los profesionales pueden aprender unos de otros y permanecer conectados.

La atracción del talento en la nueva normalidad
La COVID-19 ha puesto sobre la mesa la necesidad de que las empresas tengan en cuenta otros factores para motivar a sus empleados. Más allá del dinero, la posibilidad de trabajar de una forma flexible (bien adaptando la jornada laboral, bien trabajando desde casa), es el mayor incentivo para 47% de los profesionales en España, tres puntos por encima de la media europea. Esto contrasta con la percepción del 51% de los europeos que esperan que trabajar en la oficina sea la nueva normalidad, pese a que el teletrabajo es una tendencia en crecimiento a nivel mundial.

A esta lucha por el talento habría que añadir la capacidad de digitalización y dotación al empleado de herramientas para navegar y desarrollarse en el entorno digital, así como los valores corporativos como los aspectos de igualdad y los compromisos en todo lo que tiene que ver con la sostenibilidad del planeta, cada vez más importante en la percepción de las nuevas generaciones de profesionales que acceden al mercado laboral.