La tecnología, pieza clave en el viaje hacia la formación continua de los profesionales

  • Estrategias digitales

La transformación digital que ya se venía gestando en el ámbito educativo se ha visto acelerada por la situación generada por el coronavirus. La digitalización está facilitando los procesos formativos más flexibles, personalizados, convenientes y tecnológicos, que fusionan el formato virtual con el presencial.

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El actual escenario es propicio para que la digitalización de la formación siga avanzando mediante el uso habitual de herramientas tecnológicas. Así lo sostiene Ana Delgado, Chief Education Officer de The Valley, que considera que “la nueva normalidad ha hecho necesario un planteamiento educativo totalmente distinto, en el que las metodologías en formación deben poder adaptarse ante la volatilidad del entorno actual. La tecnología ha permitido seguir con el desarrollo de los programas durante los últimos meses y seguirá impulsando la formación del futuro”.

El equipo de expertos de este ecosistema de conocimiento digital cree que la tecnología va a marcar las tendencias en formación para profesionales, una vez que concluya el periodo vacacional. Son las siguientes:  

Contenidos más especializados para lograr la empleabilidad: en un entorno educativo más flexible e innovador, es clave que el estudiante tenga el control de su formación y, por tanto, que los alumnos puedan construir su propio itinerario formativo, en función de sus necesidades, intereses y objetivos profesionales.

- Fusión de la presencialidad con la virtualidad: si se cuenta con las herramientas necesarias, la experiencia de adquirir conocimiento en formato telepresencial puede ser perfectamente similar al formato físico. Se trata de poder ofrecer una experiencia educativa innovadora y radicalmente diferente en la que se pueden crear encuestas virtuales, trabajar en grupo en salas adyacentes, realizar sesiones interactivas y participativas… y todo, sin importar la ubicación de los asistentes.

- La eliminación de barreras sinónimo de calidad y riqueza: el conocimiento ha salido de las aulas eliminando los límites y barreras. Esto da la posibilidad a los estudiantes de acceder a la oferta formativa de escuelas que estén ubicadas en otro país o continente, sin ningún obstáculo, e incluso, pudiendo compartir aula virtual con estudiantes de cualquier parte del mundo.

- Interacción fluida entre alumnos y profesores: la tecnología se pone al servicio del aprendizaje permitiendo una comunicación casi instantánea entre profesores y alumnos. Las diversas plataformas de videoconferencias y las herramientas de comunicación o de trabajo colaborativo facilitan el poder mantener un contacto directo entre alumnos y profesores. Así, se puede asistir a tutorías virtuales, realizar trabajos en grupo, e incluso, hacer networking.

- Flexibilidad para aprender diferente: la tecnología permite aportar a los alumnos una experiencia radicalmente distinta a la tradicional en la que se otorga total flexibilidad en cuanto a la forma de adquirir conocimiento, factor que también podría impulsar a más profesionales a formarse, por las facilidades que se ofrecen. Se hace posible cursar los programas desde cualquier dispositivo, en cualquier lugar y momento, según más le convenga al alumno en cada caso y sin limitaciones, manteniendo, aun así, la participación y la interacción total.

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