OpenAI se libera de las restricciones de Microsoft y planea construir centros de datos de IA

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La empresa creadora de ChatGPT se convierte en una corporación de beneficio público, pero con libertad para operar como una empresa tradicional. La nueva estructura permite a OpenAI buscar alternativas y ampliar su capacidad de cómputo más allá de Azure, aunque Microsoft, que conserva una participación del 27% en OpenAI Group PBC, seguirá siendo un socio clave.

En un movimiento que redefine el panorama de la inteligencia artificial, Microsoft y OpenAI han anunciado una profunda reestructuración de su acuerdo estratégico, eliminando las restricciones que limitaban la capacidad de OpenAI para captar capital y acceder a recursos informáticos externos. Este cambio marca un punto de inflexión en la evolución de la empresa creadora de ChatGPT, que ahora se perfila como candidata a una de las salidas a bolsa más ambiciosas de la historia reciente.

 

De laboratorio sin ánimo de lucro a gigante tecnológico

OpenAI, fundada originalmente como una organización sin ánimo de lucro centrada en la seguridad de la IA, ha evolucionado hacia un modelo híbrido. Con esta reestructuración, se convierte en una corporación de beneficio público (OpenAI Group PBC), controlada por la Fundación OpenAI, pero con libertad para operar como una empresa tradicional.

Esta transformación permitirá a su CEO, Sam Altman, acceder a los recursos financieros necesarios para materializar su visión: construir centros de datos de última generación y acelerar el desarrollo de tecnologías de IA avanzadas. Altman confirmó que una oferta pública inicial (OPI) es el camino más probable para financiar los ambiciosos planes de la compañía. “Ahora podemos tomar esta tecnología, esta base de usuarios y el marco que hemos construido, y permitir que el mundo cree nuevas empresas y servicios sobre ella”, declaró.

 

Un acuerdo que libera tensiones

Desde el auge de ChatGPT en 2022, las limitaciones impuestas por el acuerdo original de 2019 con Microsoft —que exigía exclusividad en el suministro de recursos computacionales— habían generado tensiones entre ambas compañías. La nueva estructura elimina esa cláusula, permitiendo a OpenAI buscar alternativas y ampliar su capacidad de cómputo más allá de Azure, aunque Microsoft seguirá siendo un socio clave.

Microsoft conservará una participación del 27% en OpenAI Group PBC, valorada en aproximadamente 135.000 millones de dólares, tras haber invertido 13.800 millones. Además, OpenAI continuará compartiendo cerca del 20% de sus ingresos con Microsoft durante varios años, aunque este acuerdo de reparto de ingresos finalizará una vez que un panel independiente confirme que OpenAI ha alcanzado la inteligencia artificial general (AGI).

Aunque Microsoft ya no tiene derecho preferente para proveer servicios de cómputo, ambas compañías seguirán colaborando estrechamente hasta al menos 2032. OpenAI se ha comprometido a adquirir 250.000 millones de dólares en servicios de Azure, consolidando así una relación que ha sido clave para el crecimiento explosivo de ChatGPT, que cuenta con unos 800 millones de usuarios semanales.

 

Infraestructura para una nueva era

Uno de los objetivos más ambiciosos de Altman es construir una infraestructura de centros de datos capaz de generar un gigavatio de potencia por semana, con un coste estimado de 20.000 millones de dólares por unidad —muy por debajo de los 50.000 millones actuales. En total, OpenAI estima que necesitará 1,4 billones de dólares para desplegar unos 30 gigavatios en los próximos años.

Este plan ha despertado el entusiasmo de inversores y socios tecnológicos. Jensen Huang, CEO de Nvidia, expresó su apoyo durante una conferencia de desarrolladores: “Si me dijeran que OpenAI va a salir a bolsa el próximo año, no me sorprendería. Podría ser una de las ofertas públicas más exitosas de la historia”.

La Fundación OpenAI, presidida por Bret Taylor, mantiene el control sobre la nueva entidad y tiene la capacidad de nombrar y destituir a los miembros del consejo de administración. Posee un 26% de participación y una opción para adquirir más acciones si se alcanzan ciertos hitos. Altman, por su parte, no recibirá acciones en la nueva estructura ni verá modificada su compensación anual de 76.000 dólares.