La UE se prepara para implantar la Tasa Google

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El nuevo Comisionado para Asuntos Económicos de la Unión Europea, Paolo Gentiloni, ha dicho que, si no se dan avances rápidamente en las políticas para regular la fiscalidad y las prácticas de las grandes tecnológicas, la UE implantará su propio impuesto para gravar sus actividades en la región.

Paolo Gentiloni afirmó, al diario La Stampa, que preferiría ir paso a paso, comenzando con la implementación de un “impuesto web” a través de la OCDE y el G20, porque opina que sería el procedimiento más efectivo.

Pero si esto no se puede hacer durante el próximo año, ha dicho que la Unión Europea propondrá su propio impuesto a los servicios online, especialmente a aquellos proporcionados por los gigantes tecnológicos y de la nube. Porque, según sus propias palabras, “no estamos preparados para esperar”. Además, Gentiloni quiere trabajar para lograr que se unifiquen lo máximo posible los impuestos corporativos entre todos los países miembros de la Unión, así como revisar la política de impuestos a la energía. Estas palabras están en consonancia con las pronunciadas por Ursula von Leyen, nueva presidenta de la Comisión Europea.

Esta corriente política no es nueva ya que, tras el fracaso de la anterior iniciativa para imponer un impuesto a estas grandes empresas, fundamentalmente norteamericanas, países como Francia han hecho valer su soberanía para imponer su propio impuesto. Y la política es bien recibida por los consumidores en general, y por otros gobiernos que tienen opiniones similares, entre ellos el español. Porque en los últimos años se ha comprobado como las grandes empresas de internet y de la nube como Google, Facebook o Amazon, entre otras, están pagando cifras de impuestos irrisorias, cuando están haciendo negocios multimillonarios dentro de la UE. Y, ante este expolio, las autoridades quieren tomar medidas que eviten esta gran fuga de capital, y que limiten el poder de estas empresas en las economías de la región.

Aunque llevar a cabo estas acciones tendría sus consecuencias, ya que Estados Unidos no tiene intención de dejar desprotegidas a estas grandes empresas de su país, y amenaza con incrementar los aranceles, como está haciendo en otras regiones del mundo. Este es el caso con Francia, donde Google ya se ha visto obligada a pagar casi 1.000 millones de euros por una investigación de fraude fiscal, y a la que la administración Trump ya ha amenazado con sancionar económicamente.

Pero la visión de los principales países europeos está cada vez más alineada con el control y el gravámen fiscal a estas empresas, y otros países como Alemania o Reino Unidos están planteándose seriamente aplicar sus propios impuestos. España también está en esta línea política, pero según el nuevo Comisionado para Asuntos Económicos de la UE, lo mejor sería adoptar una política común dentro de la UE, y se hará si la situación no cambia a nivel internacional en el próximo año.