2020 fue el peor año para el empleo desde la anterior crisis: ¿y ahora qué?

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Los datos del SEPE del paro de diciembre confirman oficialmente que 2020 ha sido el peor año para el empleo desde 2009. Se ha cerrado con 3.888.137 de parados, a los que habría que sumar los trabajadores que se encuentran en un ERTE, cuya cifra asciende a 755.000. Los expertos confían en que un buen uso de los fondos europeos para que no explote 'la burbuja del mercado laboral', que se ha creado por la pandemia.

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Nueve meses después de que se iniciase la crisis del coronavirus se ven claramente los estragos que ha hecho en el mercado laboral. Por una parte, el año 2020 ha concluido con 360.105 afiliados menos a la Seguridad Social, un descenso del 1,9% con respecto a los que había en 2019 y que supone, además, romper la tendencia de creación de empleo que se venía registrando desde 2014.

Por otra, el paro registrado en las oficinas del SEPE ha pasado de casi 3,2 millones a finales de 2019 a 3,9 millones a finales de 2020. Son un total de 724.534 desempleados más, y la cifra representa mayor ascenso anual desde el aciago 2009.

Estos datos no incluyen a los trabajadores que se encuentran en suspensión de empleo o reducción horaria como consecuencia de un ERTE, unos 755.000 trabajadores. Su factura entre abril y noviembre se elevó a 14.173 millones de euros.

Los expertos de InfoJobs, que han hecho una valoración de estos datos, creen razonable que, para 2021, la recuperación de 200.000 puestos de trabajo que prevén diferentes organismos, siempre y cuando la evolución de la situación sanitaria no obligue a nuevos parones drásticos. De hecho, si el plan de vacunación cumple los plazos anunciados, la hostelería y el turismo (dos de los sectores más afectados) alcanzarán un buen nivel de actividad en verano que impulsará con fuerza la creación de empleo estacional, aunque no el trabajo estable que el mercado laboral español precisa.

En cuanto a la segunda cuestión, el paro registrado, resulta relevante su diferencia con respecto a la afiliación: hay 725.000 desempleados más que hace un año y sólo 360.000 afiliados menos. Es decir, durante 2020 creció significativamente la población activa (personas que quieren trabajar). Que esto haya sucedido en un año tan difícil como el que acaba de terminar debe interpretarse en términos coyunturales (hay más miembros intentando encontrar un empleo en las familias que están pasando apuros económicos), pero también estructurales (el progresivo retraso de la edad de jubilación que viene aplicándose desde 2013 conlleva necesariamente un incremento de la población activa).

Sin embargo, para InfoJobs, la gran cuestión sobre el empleo en 2021 es qué pasará con los trabajadores afectados por los ERTE. Esta cobertura excepcional concluye, teóricamente, a finales de este mes, aunque por las declaraciones de los responsables políticos parece posible que se prorroguen mientras siga habiendo limitaciones a la actividad económica.

Lo que no hay, en su opinión, “es un plan de retorno más allá de esa prohibición de que las empresas que se hayan acogido a estos ERTE puedan despedir a los trabajadores afectados”. En esta tesitura, creen que los fondos europeos deberían ser para “paliar las necesidades de autónomos y pymes” en cuyo reparto sería necesario reconocer el grado de afectación de cada sector priorizando el gasto “teniendo en cuenta el corto plazo (las urgencias de estos sectores) y el largo plazo (la remodelación del tejido productivo)”. 

El análisis de InfoJobs acaba asegurando que pese a todo, muchos de esos 755.000 empleados afectados por ERTE terminarán engrosando las listas del paro. “Los porcentajes de reincorporados y de despedidos serán el verdadero termómetro de la evolución del empleo en 2021. Son la burbuja del mercado laboral en plena pandemia: que se deshinche o que explote cuando todo pase determinará el futuro inmediato del empleo en España”, concluye.