Así es la Declaración sobre el futuro de Internet

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La Unión Europea, Estados Unidos y 32 países más han presentado la Declaración sobre el futuro de Internet, en la que exponen la visión y los principios de una Internet de confianza. Hasta el momento, 70 países, incluidos todos los de UE la han refrendado, y se espera que se adhieran más en las próximas semanas.

El documento, presentado la semana pasada en un acto híbrido celebrado en Washington y en el que participaron por videoconferencia representando a la UE Margrethe Vestajer y Thierry Breton, apoya un futuro para internet que sea abierto, libre, mundial, interoperable, fiable y seguro, y en él los países que lo han refrendado afirman su compromiso con la protección y el respeto de los derechos humanos online y en todo el mundo digital.

La Declaración sobre el futuro de internet se ajusta a los derechos y principios muy arraigados en la UE y se basa en la Declaración sobre los derechos y principios digitales que la Comisión ha propuesto firmar conjuntamente con el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea.

Los firmantes sostienen que Internet debe reforzar los principios democráticos básicos, las libertades fundamentales y los derechos humanos recogidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos. Todos ellos comparten la convicción de que internet debería funcionar como una red de redes, única y descentralizada, en la que las tecnologías digitales se empleen de manera fiable, evitando la discriminación injusta entre las personas y facilitando la competitividad frente a las plataformas online  y una competencia leal entre las empresas.

Según Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha declarado lo siguiente: «Internet ha reunido a la humanidad, como nunca antes en la historia. Hoy, y por primera vez, países con ideas afines de todo el mundo están creando una visión común sobre el futuro de Internet, para velar por que los valores que consideramos legítimos fuera de línea también estén protegidos en línea, hacer de Internet un lugar seguro y un espacio de confianza para todos y garantizar que internet esté al servicio de nuestra libertad individual, porque el futuro de internet es también el futuro de la democracia y de la Humanidad”.

Los socios colaborarán para traducir estos principios de la Declaración en políticas y medidas concretas, sin perjuicio de su autonomía normativa. Se invitará a otras partes interesadas, procedentes por ejemplo de la sociedad civil y el sector industrial, a apoyar la Declaración y facilitar su cumplimiento. Los socios promoverán estos principios a escala mundial, dentro del sistema multilateral.

La Declaración es de carácter político. La adhesión a los principios contenidos en la Declaración no surte efectos jurídicamente vinculantes para la Unión Europea y sus Estados miembros, aunque debería servir de referencia a responsables políticos, ciudadanos, empresas y organizaciones de la sociedad civil.

A partir de ahora, los firmantes todos los socios se pondrán en contacto con el sector privado, las organizaciones internacionales, la comunidad técnica, el mundo académico y la sociedad civil, para trabajar en el objetivo de crear de una Internet abierta, libre, mundial, interoperable, fiable y segura. En este sentido, según informa la Comisión Europea, estos esfuerzos culminarán en un acto en el verano de 2022, en el que los socios debatirán con la comunidad multilateral la manera en que la Declaración y sus principios pueden elevar y apoyar el futuro de internet a escala mundial. También se celebrarán seminarios sobre este tema en los próximos meses.

Riesgos para una Internet abierta
Durante la presentación, se puso sobre la mesa la preocupación de los países por la represión de las libertades en Internet por parte de algunos gobiernos autoritarios, el uso de herramientas digitales para violar los derechos humanos, el creciente impacto de los ciberataques, la propagación de contenidos ilegales y de desinformación y la excesiva concentración de poder económico. En este sentido, también se comprometen a cooperar para afrontar estos cambios y riesgos.

La situación actual en Ucrania, como explicaron, ofrece un trágico ejemplo del riesgo de graves perturbaciones de Internet, sobre todo en forma de paralizaciones totales o parciales. También existe el peligro de que Internet se fragmente, ya que el Gobierno ruso ha estado amenazando con desconectarse parcial o totalmente de la Internet mundial.