Seis obligaciones que impone la Ley de Servicios Digitales a los operadores de e-commerce
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Tras su aprobación y entrada en vigor el año pasado, el próximo mes de mayo empezará a aplicarse la Ley de Servicios Digitales de la UE, que actualiza las normas básicas de todos los servicios de la UE. Esta norma impone una serie de requisitos en materia de identificación y trazabilidad de vendedores y productos.
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La Ley de Servicios Digitales o Digital Service Act (DSA) es conocida porque plantea obligaciones para las grandes plataformas de Internet, que son consideradas como 'gatekeepers' o guardianes de acceso en el entorno digital para que no desarrollen comportamientos que puedan limitar la competencia de compañías de menor tamaño pero, también, impone una serie de deberes en materia de identificación y trazabilidad de vendedores y productos, que van a tener una incidencia directa en las empresas de comercio electrónico.
En total, como explica Generix Group, especialista en la cadena de suministro colaborativa, son seis las obligaciones que las compañías de comercio electrónico van a tener que adoptar con la entrada en vigor de la DSA:
-- Poner en marcha medidas para combatir los contenidos ilícitos, en particular el odio y la desinformación.
-- Aumentar los esfuerzos para mejorar la trazabilidad de los productos con el fin de detectar a los vendedores de productos ilícitos.
-- Obtener garantías efectivas para los usuarios, incluida la posibilidad de recurrir las decisiones de moderación de las plataformas cuando se retiren o restrinjan sus contenidos.
-- Ser más transparentes y ofrecer mejor información sobre las condiciones de uso y los algoritmos utilizados.
-- Abandonar la publicidad dirigida a los niños o en base a categorías como el origen étnico, la opinión política o la orientación sexual.
-- Aumentar la transparencia de todas las comunicaciones publicitarias y de marketing de influencers.
Estas obligaciones tendrán un alcance muy amplio y afectarán a todas las plataformas que alojen contenidos (redes sociales, motores de búsqueda, sitios de viajes o plataformas de comercio electrónico) y ofrezcan sus servicios en el mercado europeo. No importa que estos intermediarios tengan su sede en Europa o en cualquier otra parte del mundo. En cambio, las microempresas y pequeñas empresas con menos de 45 millones de usuarios estarán exentas de determinadas obligaciones.
De acuerdo con Generix, entre las exigencias se encuentra tener que llevar una mayor supervisión de todo el sistema de comercio electrónico, y eso hará imprescindible que se implemente un sistema de gestión de pedidos que ayudará a automatizar los procesos, realizar seguimiento de toda la información y, de esta manera, proporcionar visibilidad, tanto a la empresa como al comprador.