Así se ha hecho fuerte cloud: el largo camino hasta el núcleo de los sistemas de información

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El modelo de informática en la nube ha madurado, consolidándose en el centro de los sistemas de información de empresas de todos los tamaños y de todos los sectores. Hoy es el núcleo de la infraestructura de TI, que sostiene el resto de aplicaciones corporativas pero, para llegar hasta aquí, han tenido que superarse muchas barreras en diferentes ámbitos. Repasamos diez hitos que han facilitado su avance frente a la informática tradicional.

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El modelo de informática en la nube ha alcanzado su plena consolidación, abriéndose paso entre la gran variedad de tecnologías que permiten agilizar la puesta en marcha de modelos digitales.

Coincidiendo con su décimo aniversario, Linke, empresa española especializada en servicios en la nube, ha seleccionado los hitos que han hecho posible que hoy se pueda hablar de cloud como habilitadora de la digitalización, desde su germen en el siglo pasado a hoy. Son los siguientes:

Años 60. El mundo comienza a pensar en cómo conectarse
John McCarthy, informático de profesión que ya en 1971 recibiría el Premio Turing por su contribución en el campo de la inteligencia artificial, es el que empieza a hablar del concepto de cloud computing, aunque le llamó ‘utility computing’, para predecir cómo la tecnología se ofrecería a innumerables usuarios a un precio razonable.

Dos años después de que McCarthy hablase de ‘utility computing’, en 1963, Joseph Carl Robnett Licklider, esbozaba en un memorando su visión de una red de ordenadores mundial que llevó a ARPANET, red de intercambio precursora de la Internet actual.

Años 90. Internet empieza su desarrollo tras su creación en 1989
Desde el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (el CERN), el científico británico Tim Berners-Lee se convertía en noviembre de 1989 en el padre de la red Internet, tal y como la conocemos hoy, al establecer la primera conexión entre un cliente y un servidor empleando el protocolo HTTP.

Fue en la década siguiente cuando Internet se popularizó y comenzó a cambiar la forma en la que personas y empresas nos relacionamos, interactuamos y trabajamos, hasta hoy que casi el 60% de la población mundial está conectada y la tendencia es avanzar hacia una sociedad y una economía totalmente digitalizadas.

Internet favorece la creación del modelo ASP
En los años 90, para poder aprovechar Internet en entornos corporativos, van surgiendo otros tipos de redes como las WAN, LAN, Intranets, Extranets o las VPN, que son redes privadas dentro de una red pública (Internet), que ofrecen más garantías de seguridad para los datos y, al mismo tiempo, los equipos informáticos daban saltos de gigante en sistemas operativos, capacidad de cálculo, potencia y rendimiento, conectividad y portabilidad.

La combinación de estos avances da pie a que surjan nuevas formas de consumo informático, y así llegamos al modelo ASP (de provisión de servicios de aplicaciones) que, aunque tenía limitaciones, facilitaba el uso del software como servicio, todavía hoy vigente tras una evolución y claro antecesor de otros modelos cloud. Por ejemplo, en 1999 se creó Salesforce.com, que ofrecía aplicaciones de negocio en modelo de servicio bajo demanda.

Cambio de milenio y necesidad de ser más digitales
Una sociedad más móvil y siempre conectada a través de las redes y una economía más global son el punto de partida para ofrecer más servicios digitales, en todo momento y lugar, independientemente de dónde se encuentre el usuario, cliente o consumidor.

Para hacerlo, las empresas comienzan a poner en marcha estrategias de transformación digital para responder con flexibilidad y agilidad a los cambios del mercado, habilitar servicios con mayor rapidez y activar nuevos modelos de negocio.

La firma de inteligencia de mercados IDC habla por primera vez en 2007 de la “Tercera Plataforma”, que aglutina una serie de tendencias que son el pilar de esa evolución digital: la movilidad, las redes sociales, big data y las capacidades analíticas, y cloud computing. El resto de consultoras de análisis también identifican estas tecnologías como claves para la digitalización.

Surgen las plataformas de cloud pública
En 2002, Amazon sacó al mercado AWS (Amazon Web Services), una plataforma que ofrecía almacenamiento y recursos de computación en la nube. La misma empresa en 2016 presentaba EC2 (Elastic Compute Cloud), servicio con el que ofrecía la posibilidad de alquilar servidores para la ejecución de aplicaciones. Nacía la primera plataforma de cloud pública, que hoy lidera el mercado, y más tarde surgieron Google Cloud Platform, Microsoft Azure y la versión china de estas iniciativas, Alibaba Cloud Computing.

También marcó el desarrollo de cloud que Microsoft y Google ofreciesen sus aplicaciones de productividad bajo este modelo.

Compatibilidad entre nubes de diferentes tipos: el viaje hacia modelos híbridos
En 2008, nace Eucalyptus, la primera plataforma de código abierto AWS API que permite la creación de sistemas en la nube compatibles con los servicios web de AWS. Eso facilitó el despliegue de cloud privadas. También fue importante OpenNebula, el primer software de código abierto para desplegar nubes privadas e híbridas.

2011: se definen los modelos de servicios cloud
Tras años de trabajo, el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST, en sus siglas inglesas) habla de tres modelos de servicios: Infraestructura (IaaS), Plataforma (PaaS), Software (SaaS).

Esta clasificación sirvió de base para ampliar estas categorías iniciándose la evolución hacia XaaS (todo como servicio), y ya se habla de red como servicio (NaaS), contenedores como servicio (Caas), etc.

Los proveedores tradicionales adaptan sus soluciones al entorno cloud
Grandes proveedores tradicionales, como SAP, apuestan por cloud, y firman acuerdos con diferentes plataformas: el soporte en AWS llega en 2012; en Azure y en Google Cloud Platform, ambos en 2014. También ha llegado a acuerdos con proveedores que tienen su propia nube como IBM y tiene la suya propia: SAP HEC.

2018: los ingresos por infraestructura cloud superan por primera vez a los generados por TI tradicional
Ya en el segundo trimestre de 2018, los ingresos por infraestructura cloud y por TI tradicional estaban ya muy parejos y fue en el siguiente cuando se produjo el hito: por primera vez, la facturación generada en el entorno cloud ha sido superior a la registrada por instalaciones on-premise. La tendencia es que el gasto en infraestructura en la nube crezca a mayor ritmo.

Cloud se convierte en clave para mantener las operaciones en la crisis global generada por la irrupción del coronavirus
La promesa de escalabilidad, agilidad y modelo de coste flexible es atractiva en tiempos de crecimiento, pero también tiene que servir para que las empresas puedan ajustar sus recursos en momentos de crisis, y así lo ha hecho. Aquellas empresas que ya habían iniciado su viaje a la nube, han podido reducir los costes de infraestructura y adaptarla a sus nuevas necesidades. Además, ha permitido a muchas compañías adaptarse a la nueva forma de trabajo que impone la pandemia para mantener las operaciones de negocio, poniendo en marcha, en cuestión de horas, escritorios remotos, VPNs y sistemas de videoconferencia, o acelerando el despliegue de call centers virtuales.

Sin duda, la emergencia sanitaria ha tenido un gran impacto social y económico que, en el sector tecnológico, se traducirá en una caída del gasto del 8% dejando la cifra en 3,4 billones de dólares en 2020, según Gartner.

Sin embargo, habrá partidas que probablemente se salven como, por ejemplo, las destinadas a transformación digital, entre las que se encuentra cloud. En ello confía Chabier Sanvicente, CEO de Linke, cuya empresa ha crecido en línea con esta tecnología. Como explica, “la historia de Linke va pareja a la consolidación de la nube como modelo, y nuestra intención para los próximos diez años es seguir desarrollando una empresa rentable, sostenible y cada vez más internacional, capaz de ofrecer un alto valor en proyectos tecnológicos críticos para las organizaciones, pero sin perder nuestras cualidades como, por ejemplo, una cultura muy centrada en la innovación y las personas”.

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