Reino Unido quiere una 'relación estrecha' con la UE en protección de datos tras el Brexit

  • Seguridad

Según Matt Hancock, ministro digital del Reino Unido, la interrupción en el intercambio de datos podría tener un alto coste tanto para Gran Bretaña como para el resto de los países miembros de la UE. El objetivo del Reino Unido es establecer un plan de cooperación con Europa.

Reino Unido va a establecer un plan de cooperación con Europa en materia de protección de datos una vez que el país haya abandonado la Unión. Así lo ha asegurado Matt Hancock ministro digital del Reino Unido, en unas declaraciones que recoge Reuters. Con este plan de cooperación, Gran Bretaña busca tranquilizar tanto a las empresas como a las diferentes policías, quienes ya han mostrado su preocupación sobre el futuro del intercambio de información.

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Según Hancock, Reino Unido está liderando los cambios que se están produciendo en materia de normativa de protección de datos y ha trabajado “estrechamente con nuestros socios de la Unión Europea” en el desarrollo de estándares. “Queremos que el intercambio de información de forma segura no se obstaculice en el futuro, una vez que hayamos abandonado la UE”.

En su opinión, “una relación sólida en materia de protección de datos entre el Reino Unido y la UE, basada en normas alineadas, es de interés mutuo”.  

"Por lo tanto, una relación de datos sólida entre el Reino Unido y la UE, basada en normas alineadas de protección de datos, es de interés mutuo".

Reino Unido, quien se encuentra definiendo la estrategia que va a llevar a cabo en este aspecto, tiene el objetivo de “combinar una política de privacidad fuerte con una relación que nos permita ofrecer la flexibilidad que necesitan tanto los consumidores como las empresas en el uso de sus datos”.

Hancock, además, ha hecho un llamamiento al entendimiento asegurando que la interrupción en el intercambio de datos podría tener un alto coste tanto para Gran Bretaña como para el resto de los países miembros de la UE.

El intercambio de datos preocupa a las autoridades británicas, las cuales aseguraron, el mes pasado, que interrumpir su flujo podría suponer una desventaja competitiva para el país, además de que las fuerzas de seguridad británica podrían perder el acceso a la inteligencia.