Los secretos para construir una ciudad hiperconectada

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Hay una serie de tecnologías que facilitan que una ciudad sea verdaderamente inteligente, aunque esa evolución implica algo más que simplemente una inversión tecnológica, según el estudio "Building a Hyperconnected City", realizado por ESI ThoughtLab.

Los datos son el corazón de la innovación en las ciudades inteligentes, de acuerdo con un análisis la consultora de investigación económica y urbana ESI ThoughtLab, en el que han participado 100 ciudades de Estados Unidos, Asia Pacífico, EMEA y Latinoamérica y que ha contado con Oracle entre las empresas patrocinadoras.

Sin embargo, el estudio "Building a Hyperconnected City" concluye que las ciudades se están “ahogando” en datos a causa del progreso en tecnologías como Internet de las Cosas (IoT). Por tanto, tienen que contar con aplicaciones que integren, administren y habiliten los datos para mejorar los servicios al ciudadano porque los despliegues de IoT aumentarán. Según esta encuesta, más de 30.000 millones de dispositivos conectados que generarán datos en 2020.

El estudio también destaca que para que las ciudades se tornen verdaderamente inteligentes, deben tener una infraestructura en la nube para extraer, integrar y analizar estos datos de cara a recoger los conocimientos necesarios para mejorarlo todo, desde los servicios a los ciudadanos hasta la construcción de proyectos.

Otro reto es saber aprovechar las tecnologías emergentes. En este punto, el informe encuentra que se está generalizando el uso de tecnologías como la inteligencia artificial, blockchain y la biometría. “Las ciudades están utilizando estas tecnologías en áreas urbanas clave, como la infraestructura de TI y las telecomunicaciones, la movilidad y el transporte, los sistemas financieros y de pago y la seguridad física y digital. Los líderes de la ciudad necesitan las plataformas y aplicaciones tecnológicas adecuadas para implementar y aprovechar estas herramientas y capacidades”, señala el documento.

Las inversiones en soluciones que datan a las ciudades de inteligencia son reconocidas, según los participantes en el estudio, como positivas, ya que redundan en la satisfacción de los usuarios. Al respecto, la investigación dice que “si bien la seguridad física y digital encabeza la lista de prioridades, el compromiso y la satisfacción de los ciudadanos se han elevado como uno de los cinco objetivos principales. El 33% de los líderes innovadores en Norteamérica han designado funcionarios de experiencia ciudadana”.

La seguridad, un reto importante
Otra de las conclusiones a las que llegan es que  la ciberseguridad está requiriendo una planificación cuidadosa y es costosa cuando no se implementa adecuadamente. De hecho, más de la mitad de las ciudades encuestadas no se sienten adecuadamente preparados para los ataques cibernéticos.

Efecto multiplicador
Según el estudio, el rendimiento promedio de las inversiones en iniciativas hiperconectadas varía desde el 3 al 4% y, a medida que las ciudades se vuelven más interconectadas, su ROI crece: las ciudades que justo comienzan obtienen un retorno del 1,8% para los implementadores y del 2,6% para los avanzados, mientras que los líderes hiperconectados ven un impulso del 5%. Eso puede traducirse en enormes ganancias que van desde 19,6 millones de dólares para implementadores hasta 40,0 millones de dólares para anticipadores y 83 millones de dólares para gestores hiperconectados.

Oracle, que apuesta por una oferta que integre tecnología y canales digitales para aprovechar los datos, explica que el sector público está lidiando con cambios sísmicos tecnológicos, demográficos y ambientales. En este sentido, Susan O’Connor, director global de Smart Cities de la firma, explica que “los datos son el combustible para esta transformación, y las ciudades progresivas están recurriendo a la nube, plataformas de datos, aplicaciones móviles e IoT como una forma de escalar y prepararse para el futuro. Por el contrario, no aprovechar las tecnologías emergentes como la IA, Blockchain o la realidad virtual y aumentada tiene un coste. Las ciudades del futuro necesitan inversiones estratégicas a largo plazo en la arquitectura de datos en cloud, junto con la experiencia adecuada para guiarlas a través de ellas”.